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Josep María Álvarez, junto a Cándido Méndez.
Josep María Álvarez, nuevo líder de UGT por sólo 17 votos

Josep María Álvarez, nuevo líder de UGT por sólo 17 votos

El responsable del sindicato en Cataluña logra el respaldo del 51,1% de los delegados frente al 48,2% del candidato oficialista Miguel Ángel Cilleros

David Valera

Sábado, 12 de marzo 2016, 07:17

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El asturiano Josep María Álvarez ha sido elegido nuevo secretario general de UGT por un escaso margen de 17 votos al obtener el respaldo de 306 delegados (51,1%) frente a los 289 (48,2%) de su rival, el secretario general de la Federación de Servicios para la Movilidad y el Consumo, Miguel Ángel Cilleros, que formaba parte de la candidatura oficialista. Tras una maratoniana jornada electoral la mesa del congreso anunció a las 5:30 horas el triunfo de Álvarez. Él será el encargado de iniciar la nueva etapa que se abre en el sindicato tras los 22 años de dirección de Cándido Méndez. El líder de la organización en Cataluña en los últimos 25 años ha lanzado un claro mensaje en sus primeras palabras tras alzarse con el triunfo: "La gente ha votado cambio. Queremos ser la voz de los que pierden su trabajo. De los desalojados de sus casas. De los que no llegan a final de mes. La voz de los sin voz".

Álvarez, nacido en el municipio asturiano de Belmonte en 1956, había llegado al 42 Congreso Confederal como favorito gracias al apoyo mostrado por la potente Federación del Metal y la Construcción y también la de Servicios Públicos. Además, contaba con el respaldo de las importantes uniones regionales de Cataluña y Comunidad Valenciana. El nuevo máximo dirigente de UGT tiene fama de duro, tanto en las negociaciones empresariales, como a la hora de dirigir el sindicato. Precisamente este perfil es el que ha convencido a muchos delegados, que consideran necesario más contundencia a la hora de exigir más cambios en la política laboral y también para reorganizar el sindicato en un momento en el que se prevé una reducción de federaciones y otros ajustes.

Partidario del derecho a decidir para Cataluña -para defender su permanencia en España- esta posición le ha granjeado grandes críticas en los últimos días, incluida la de Méndez. Sin embargo, su trayectoria de buen gestor ha pesado más y el propio Álvarez se ha felicitado de que la "catalanofobia" no haya funcionado. El nuevo líder de UGT también ha tenido un mensaje claro para los partidos políticos en estos momentos de negociaciones para formar gobierno. "Hay una mayoría de izquierdas en el Congreso con posibilidades de tomar decisiones. La gente no puede esperar", ha sentenciado.

Su equipo directivo estará formado por trece personas, entre ellas la líder del sindicato en La Rioja, Cristina Antoñanzas, como vicesecretaria general. Como Secretario de Organización estará Rafael Espartero, actual dirigente de la Federación de Servicios Públicos. También forman parte de su ejecutiva María del Carmen Barrera, secretaria de Acción sindical de FSP, el secretario general de UGT País Valenciano, Gonzalo Pino, o la responsable de Construcción, Ana García de la Torre.

La retirada del tercer aspirante Gustavo Santana por falta de avales había dejado en un ajustado mano a mano la pugna por liderar el sindicato entre Álvarez y Cilleros. La reñida elección quedó patente desde antes de las votaciones y el nerviosismo entre ambas candidaturas aumentó en las últimas horas. Tras concluir la aprobación de las enmiendas de los distintos grupos de trabajo, ambos candidatos realizaron un último alegato de unos veinte minutos sobre las doce de la noche. Después comenzó una larguísima votación en la que los delegados eran llamados uno a uno por orden alfabético y recoger las papeletas en una cabina, lo que garantizaba el voto secreto, lo que dificultó el respaldo unánime de los delegados de las federaciones.

Las horas previas a la votación sirvieron para terminar de apuntalar los equipos. La candidatura encabezada por Álvarez insistió "hasta el último minuto" en la búsqueda de una lista conjunta que no prosperó. Por su parte, Cilleros presentó por la mañana a su ejecutiva formada por seis mujeres y cuatro hombres. Sin embargo, lo más significativo es que en su dirección había dos miembros de la ejecutiva de Cándido Méndez. En concreto, su 'número dos', el secretario de Acción Sindical, Toni Ferrer, y la secretaria de Salud Laboral y Medio Ambiente, Marisa Rufino. Precisamente, estos dos nombres respaldaban la idea de que su candidatura era la oficialista. Sin embargo, Cilleros rechazó esa etiqueta y negó que fuera un equipo "continuista", aunque dejó claro que no renegaba del "trabajo y compromiso" de la anterior dirección. Su candidatura contaba con el apoyo de las federaciones de servicios para la movilidad y el consumo o la de servicios, que a la postre se mostraron insuficientes. El proceso para relevar a Méndez, cuya gestión fue respaldada por el 97,5% de los delegados, concluirá este sábado con el primer discurso oficial del nuevo secretario general en el acto de proclamación.

Hacia las primarias

Más participación de los afiliados y acercar el sindicato a los ciudadanos. Esas son las dos ideas principales que han planeado en el 42 Congreso Confederal de UGT que pone fin a los 22 años de liderazgo de Cándido Méndez. Un encuentro trascendental que más allá de suponer un relevo en la cúpula de la organización tuvo como objetivo reformular el sindicato. De hecho, los grupos de trabajo dieron este viernes luz verde a algunas enmiendas encaminadas a posibilitar en el futuro la celebración de primarias para elegir al secretario general de la central. Una medida cuyo primer paso consistió en que la comisión de estatutos rebajase los avales necesarios para presentar la candidatura del 25% al 15% para los próximos congresos y que una parte del sindicato interpreta como el camino a seguir para que en el proceso de elección puedan participar todos los afiliados.

Precisamente, la necesidad de conseguir ese elevado número de apoyos entre los 601 delegados asistentes al congreso fue lo que impidió al líder del sindicato en Canarias, Gustavo Santana, poder concurrir al proceso al reunir sólo un 10% de avales. En ese camino hacia la regeneración Santana llevaba entre sus propuestas una reducción de los avales aún mayor de lo acordado. En cualquier caso, consideró que lo aprobado es un paso en la dirección de lograr una "mayor democratización" interna de UGT. Y es que los sindicatos tradicionales, al igual que los grandes partidos, han sufrido un importante desgaste durante la crisis a nivel de imagen de cara no sólo a los ciudadanos, sino también entre los propios afiliados por la pérdida de influencia en las decisiones laborales y por ver a algunos de sus miembros envueltos en casos de corrupción.

Por eso, para revitalizar el sindicato Cándido Méndez decidió adelantar un año su marcha y propiciar no sólo su relevo, sino una transformación de la organización. Entre las 2.500 enmiendas debatidas por los distintos grupos de trabajo muchas iban en la dirección de avanzar en la posibilidad de que los secretarios generales en el futuro puedan ser elegidos de forma directa por los afiliados. "Es importante que no haya una barrera irrompible y que cualquier afiliado tenga la legitimidad de presentar un proyecto sindical a los procesos congresuales", explicó Santana. Otra de las claves en la nueva etapa de UGT tiene que ver con su estructura. En concreto, se van a reducir las federaciones de las seis actuales a tres con el objetivo de ganar agilidad y reducir costes.

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