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Layla M.

Layla M.

Relato alrededor de una joven holandesa de origen marroquí, Layla, quien en el arduo equilibrio de dos mundos, se inclina por el fundamentalismo religioso, orillando al paso a su propia familia, de credo coránico moderado

alberto piquero

Domingo, 20 de noviembre 2016, 13:16

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La inauguración de la Sección Oficial de largometrajes de la 54 edición del Festival de Cine de Gijón, puso la mirada en una historia de palpitante actualidad con la película Layla M., apuntando hacia la difícil integración de la fe islámica en el continente europeo. Relato alrededor de una joven holandesa de origen marroquí, Layla, quien en el arduo equilibrio de dos mundos, se inclina por el fundamentalismo religioso, orillando al paso a su propia familia, de credo coránico moderado. Principio de un viaje que la conducirá hasta Amán, capital de Jordania, ya casada con un militante del islamismo radical, donde el itinerario adquiere otro sesgo, la distancia entre un idealismo juvenil cargado de energía positiva y las tinieblas negativas de una teología al pie de la letra y de las armas sin piedad.

La interpretación en el papel protagonista de Nora el Koussour, quien también es holandesa perteneciente a un linaje familiar marroquí, es tan conmovedora como deslumbrante, verosímil en cada uno de sus gestos. La acompaña un movimiento de cámara en mano, que aproxima todavía más la expresividad de sus sentimientos al espectador, atravesando la pantalla.

La directora, Myjke de Jong, plantea un guión que discurre por un realismo interrogativo, sin pretender dar respuestas. Queda una pregunta final a Layla, ya de vuelta en Amsterdam:«¿No es un poco tarde para llorar?».

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