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John Whitney, 'Whit', Stillman. E. C.

«Estuve tres años perdiendo dinero por vender cine español en EE UU»

Premio de Honor del FICX y presidente del Jurado Internacional, el viernes presenta 'Amor y amistad'Whit Stillman Cineasta

A. VILLACORTA

GIJÓN.

Martes, 21 de noviembre 2017, 01:04

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«Hay muchos festivales de países muy ricos que maltratan a los directores haciéndoles pagarse todo cuando hay muchos cineastas que no tienen un duro, así que gracias por el buen trato que nos dais en Gijón». Resulta curioso escuchar a Whit Stillman (Washington, 1952), con su acento 'gringo', pronunciar el muy castizo «no tienen un duro», pero es que este guionista, actor y realizador empezó su carrera cinematográfica como agente de ventas de las pelis de Colomo y Trueba en España. Stillman, referente de la vertiente más clásica del cine indie americano, recibirá el Premio de Honor del FICX por una filmografía con títulos como 'Barcelona', ambientada en la Ciudad Condal.

-Es el presidente del Jurado Internacional. ¿Eso es mucho poder?

-En realidad, no tengo ninguno. De hecho, ya veo que la comedia va a perder todas las votaciones (Ríe).

-¿Cómo lo sabe?

-Siempre es así en los festivales. Hay muchos intelectuales, así que no voy a conseguir nada. El problema es que el mundo está dividido en dos: hay un género cinematográfico para los festivales y otro que es el de las cintas comerciales. Me gustaría más que la gente hiciese películas para la audiencia, pero que sean exigentes e inteligentes. Y no veo eso. O son obras de arte muy difíciles de ver y entender o son muy oportunistas, cine comercial que lo hace todo muy obvio para el público. Esa división es una lástima. No es la vida real ni tampoco resulta muy divertida.

-'Amor y amistad', la película que presenta el viernes en el FICX, ¿a cuál de las categorías pertenece?

-Es una comedia de época ligera y rápida, joven y divertida, basada en una obra de Jane Austen, a la que siempre he admirado mucho. Es mi gran éxito en Estados Unidos e Inglaterra. Quiero hacer películas que puedan proyectarse en un festival, pero que también intenten que la gente se lo pase bien con actores maravillosos.

-¿Dónde aprendió su español?

-Estaba en la universidad y admiraba mucho a Scott Fitzgerald, pero no tenía el carácter para escribir en solitario. Pensé: «¿Qué puedo hacer?». Y resultó que tenía familia en México y que, en el febrero de Boston, la idea de irse a Cuernavaca era muy atractiva. Así que llamé a mis tíos y primos para ver si podía quedarme en su casa un fin de semana hasta que encontrase un alojamiento, y, al final, me quedé con ellos seis meses. Fue muy agradable y aprendí español. Además, coincidió que había un rodaje de una película en la que Peter Ustinov dirigía a Liz Taylor y Richard Burton. Querían actores americanos para una secuencia, pero llegué tarde y, a cambio, me dieron el papel de un camarero mexicano (Risas). No estuvo mal.

-Y, de ahí, a España.

-Sí. Unos años más tarde, en Nueva York, me encontré a una española de Barcelona, nos enamoramos, nos casamos y tengo dos hijas nacidas allí. Yo estaba en el paro y conocí a gente a la que le propuse vender sus películas a las teles latinas de EE UU. Ahí empecé como agente de ventas del cine español, además de hacer algunos papeles en los que siempre interpretaba al tonto americano. Estuve perdiendo dinero durante tres años (Ríe). Solo ganaba las dietas de actor.

-¿Cómo ve un guiri todo el jaleo que se ha montado en Cataluña?

-Mi familia de Barcelona son gente que han vivido allí durante muchas generaciones, pero que hablan español y que tienen lazos con el resto del mundo. Yo creo que la unidad de España es muy importante porque aprecio mucho Cataluña y a los catalanes y porque este es un país maravilloso en el que encuentras peculiaridades en todas partes. No solo Cataluña tiene hechos diferenciales en su historia. También aprecio mucho que personas como Isabel Coixet o Rosa María Sardá se hayan pronunciado. Yo ya estaba aquí cuando Tejero y creo en la unidad, mucho más agradable que la división y las hostilidades.

-Aunque para hostil, Trump.

-Me da miedo porque es una mezcla entre una amenaza y un payaso. Quién sabe lo próximo que hará.

-En su país no paran de salir a la luz casos de acoso sexual en el cine.

-Hay casos muy serios como el de Harvey Weinstein, del que lo único que sabíamos era que es terrible trabajar con él. Yo siempre he evitado encontrármelo, pero no por el tema sexual, sino por asuntos de trabajo. Y luego hay casos que no están claros.

-¿El de Kevin Spacey?

-Por ejemplo. O los de dos jefes del estudio en el que yo trabajaba, que han sido obligados a dimitir porque no se ha hecho diferencia entre esos casos realmente graves y un comentario que puedes hacer en una fiesta en la que todo el mundo va un poco borracho. En ese caso, los medios han ofrecido solo una versión: la de sus enemigos. Ese tipo de histeria es muy negativa, muy peligrosa y muy dañina. Sí que hay acoso verdadero, con el que por supuesto hay que acabar, pero también mucha difamación.

-¿Las plataformas como Netflix terminarán matando al séptimo arte?

-Para los cineastas, Netflix es nefasto porque son telefilmes, las películas no llegan a las salas, mientras que Amazon ha optado por la distribución clásica. Yo, como no tengo Netflix, veo muchas películas de los años 30 en YouTube, además de cintas de los dos grandes: Hitchcock y Ford.

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