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El mapa de la miel en Asturias

El mapa de la miel en Asturias

En Asturias hay contabilizadas 36.797 colmenas, que producen unas 400 toneladas al año. Los apicultores profesionales piden una regularización de este sector aún en construcción

Miguel Llano

Jueves, 17 de septiembre 2015, 01:23

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La miel en Asturias es un sector en construcción.Un sector que tiene numerosos problemas y, para algunos, ni tan siquiera es aún un sector. Se está levantando. «Se está construyendo porque se está profesionalizando», explica Luis Pérez, de Miel de la Puela, posiblemente la mayor productora y envasadora de miel de Asturias, con una producción cercana a las 45 toneladas y situada en Pola de Allande.«En la zona del occidente de Asturias está la mayor parte de la producción del Principado».

En la actualidad, según datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medioambiente, Asturias tiene un sector apícola formado por 39 productores profesionales, 1.386 no profesionales o de hobby y unos 48 más que no están registrados. Entre todos suman 36.797 colmenas que producen, aproximadamente, 400 toneladas. Se consideran profesionales aquellos que tienen más de 150 colmenas. «En nuestro asociación, Promiel (Profesionales de la Miel) aglutinamos unas 12.000 de todas ellas, pero hay algunos productores más y entre todos los profesionales hoy en día ya hemos superado a los de hobby.Aún así, somos un sector pequeño».

Un sector que en 2008 era el quinto en importancia de España, por detrás de Castilla León,Andalucía, Galicia y Valencia, que tenían la mayor parte de los productores y de la producción.En 2015, Castilla La Mancha ya había superado a Asturias en número de elaboradores y en cuanto a producción en 2013 (último dato), la comunidad se encontraba en el puesto número once de la tabla, tan sólo superando a Cantabria,País Vasco, Navarra,La Rioja, Baleares oMadrid y muy lejos de comunidades como la gallega, donde se produjeron 1.459 toneladas (Un 50% más que en 2008), por tan solo 384 del Principado (Un 8% más que en 2008).

Un sector también que tiene numerosos problemas. Para los pequeños productores artesanos como BertoUría, de Miel de Outurelos de Ibias, la actividad debería «regularizarse más». Uría asegura que una gran cantidad de miel que se produce se vende en negro fuera de los circuitos comerciales con marcas registradas. «Lo que ocurre en el sector es que tiene que modernizarse.Hoy en día nadie concibe producir leche y vendérsela aunque sea a los vecinos.Ahora todos la compramos envasada, con etiqueta y registro sanitario, como los chorizos o tantas otras cosas», ahonda Pérez. «Es cuestión de tiempo y profesionalización que esto cambie. De que el consumidor se mentalice que lo que no tiene etiqueta no tiene ningún control sanitario». También existe dentro del sector preocupación por la picaresca: la compra de miel, ya no en comunidades limítrofes sino fuera de la Unión Europea, y su venta como de procedencia asturiana.

Respecto a una IGP o una DO como existe ya en otras comunidades también hay división de opiniones. «El sector es muy pequeño, puede ser importante en un futuro, pero de momento es complicado», señala Luis Pérez.En la misma línea se manifiesta Luisa Fernández, de Artesanos de Cuevas, una de las empresas pioneras en Asturias y de las más importantes:«En el sector nos están dando por todos los sitios.Tenemos muchos problemas y la solución, más que en una IGP, puede estar en lo ecológico». Artesanos de Cuevas ha conseguido exportar su miel y es una de sus apuestas de futuro, la producción ecológica, comenta Fernández, «es muy valorada en el extranjero».

En lo que sí coinciden es en solicitar un mayor «apoyo de la Administración». Pérez explica que «esta actividad fija población y genera empleo en las zonas más desfavorecidas y despobladas como la occidental. Acudir a ferias nos es complicado y sería bueno una ayuda», señala Luisa Fernández. En definitiva, piden «mayor regulación y apoyo».

No sólo el tamaño del sector, su escasa profesionalización o la mayor o menor actuación de la administración la que amenaza a los apicultores.Las enfermedades y la avispa asiática son también enemigos temibles. «Tenemos que actuar contra los nidos atacados.También contra las colmenas muertas por enfermedad y abandonadas, que la ley dice que deben retirarse, pero no se persigue a quien no lo hace», dicen desde las asociaciones.

Dificil situación y, sin embargo, no exenta de esperanza:«Estoy contento con la manera de hacer las cosas y el reconocimiento que, poco a poco, va adquiriendo mi marca, Outurelos», afirma Uría. «Yo soy muy positiva, creo que se pueden abrir nuevos mercados», dice Luisa Fernández.«Pese a todo estamos avanzando en la profesionalización», concreta Luis Pérez.

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