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José Antonio y Yolanda, con el 20 gigante para la celebración de su aniversario.
«Yo solo, sin Yolanda, no hubiera tenido el talento para montar esto»

«Yo solo, sin Yolanda, no hubiera tenido el talento para montar esto»

Miguel Llano

Jueves, 14 de julio 2016, 04:30

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El chef recuerda los tiempos difíciles y agradece a quienes ha tenido más cerca en todo momento, sobre todo a Yolanda, que se esconden para las fotos. Da tres pasos atrás y se aleja de los focos, aunque al final sale.

¿Quién es Yolanda Vega en El Corral del Indianu?

Yolanda es todo. Es el 100% del Corral. Sin ella El Corral no existiría.Yo solo, sin Yolanda, no hubiera tenido el talento suficiente para tener esto. Estaría trabajando en un restaurante, en un hotel o en un crucero y quizás hasta hubiese sido un buen cocinero, pero nunca hubiera tenido El Corral. El Corral se debe a Yolanda.

¿Es dificil mantener esa intensidad juntos tanto tiempo?

Para nosotros fue un proceso natural, a base de siete broncas diarias durante los últimos veinte años (ríe). Fue todo tan natural que no nos costó entregar nuestra vida a esta profesión. Ese fue nuestro sacrificio, porque hemos sido peones de nuestra propia casa. Ahora tengo ocho personas en la cocina, pero sigo supervisando hasta el último detalle del último plato.

¿Por qué no se prodiga en conferencias, congresos...?

Podría dar una respuesta romántica y decir que porque soy un eremita, pero en realidad yo estaba enfermo.Tenía un miedo escénico brutal. Ahora ya estoy bien, me he recuperado de mi enfermedad y podría hacerlo.Pero ahora no quiero, porque no lo necesito.

Y su familia, ¿cómo influye en su vida en El Corral?

Nosotros éramos muy pobres. Mi padre era camionero y había tenido un accidente que le imposibilitaba conducir camiones. Fueron tiempos duros. No era como ahora y el dinero que entraba era poco. Pero mi padre era un hombre muy querido y una señora muy rica lo contrató de chofer. A nosotros María Jesús, que así se llamaba, nos quería como hijos. Mi padre la llevaba a comer a grandes restaurantes y sé que uno de sus grandes orgullos fue llevar a esa señora y a su amigas a comer a El Corral. También para ella, que celebraba nuestros éxitos como si fueran los de su familia. Mi madre, que es más joven y está en plena forma, nunca lo disfrutó tanto.Es de gustos más austeros, muy sencilla, y es feliz disfrutando de la nieta los fines de semana.

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