Secciones
Servicios
Destacamos
Luis Antonio Alías
Jueves, 12 de marzo 2015, 11:36
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
Desde que Benjamín plantara El Perejil justo dos décadas atrás, no ha dejado de investigar productos y armonizar temporadas. Incluso según el mes o la luna, por dictado de su genética campesina y castellana. Y lleva tantos años escribiendo su propio Calendario zaragozano, que cuando tocan cardos, o arceas, o higos, o trompetillas del diablo, o boquerones anchofactibles, de inmediato los consigue a través de los criadores y distribuidores directos y confiables que conoce y le conocen.
Estos días ofrece unas cuantas sugerencias del invierno tardío y la primavera temprana en los que estamos y como corresponde.
Por lo tanto, visitar El Perejil, pequeño de dimensiones y grato de estancia, siempre conlleva un margen de seguridad, por ejemplo para los amantes de las carnes selectas del mundo, que van de los Picos de Europa a los Andes chilenos, y de las praderas de Dakota a las del Duero, óptimas vuelta y vuelta, o en carpacho y hamburguesa (mucho más aristocrática que burguesa valga el chiste fácil) y un margen de sorpresa anunciado con un «acabo de recibir» capaz de colmar expectativas rigurosas.
Ahora mismo y traídas por Didier, copropietario y proveedor de la Frutería la Esquina, oferta, sacadas mediante gochín hozador de la Soria fría y pura, unas trufas negras que añaden magia terrenal, húmeda, herbácea, sutil, avellanada, y suculenta al ingrediente que sus virutas tocan. Basta coger el hongo con forma de tubérculo redondo y verrugoso y rayarlo sobre el plato elegido: inmediatamente lo insípido pasa a delicioso; no la malgastemos, por tanto, sumándola a sabores fuertes. Por el contrario, según propone y dispone Benjamín, le van unas patatinas hervidas y luego planchadas que incorporan cebolla sofrita y adquieren así una atractiva personalidad, o la masa de unas croquetas, o unos huevos de pita rodeados de boletus edulis, o integrada en mantequilla, aceite, purés, cremas y salsas suaves, arroces, vegetales y legumbres; una simple tosta de pan cubierta por mantequilla o aceite de trufa y además trufa rallada, da una excelente medida: un ramillete de posibilidades que El Perejil estrena o repone.
Como el atún rojo del Mediterráneo, favorito de los japoneses hoy y de los romanos ayer, en plena sazón, digno de cortes certeros, aliños convenientes, y punto.
Así sigue, ya veinteañero, El Perejil de todas las salsas, pionero de los vinos seleccionados a copas y de las tapas complejas (tartar de sardinas ahumadas en casa con manzana y tomate Raf) o campechanas (chuletón de angus a la plancha). Y así siguen Benjamín y Elenia, llegados de Medina del Campo, uno de los grandes mercados históricos de Castilla, que con familiares cocineros por Horcher o Zalacaín, eligieron Gijón para montar su rincón de recepciones, estancias y contenidos.
«Gijón nos pareció la ciudad ideal por el mar, las dimensiones, la altísima proporción de gente estupenda y la fácilmente perceptible calidad de vida» dice Bejamín y corrobora Elenia.
Pues ellos también colaboran.
LE RECOMENDAMOS
Tataki de atún
Extraemos de un lomo de atún rojo en lingotes o adoquines que maceramos varios minutos en salsa de soja. Después, tras escurrirlos, los pasamos por la plancha bien caliente el tiempo imprescindible para dorar cada lado. Entonces los fileteamos y cubrimos levemente con semillas de sésamo, aceite de oliva extravirgen y pimienta de Sichuán.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Horarios e itinerarios de la Semana Santa de Cádiz 2024
La Voz de Cádiz
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.