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Miguel Llano
Jueves, 19 de marzo 2015, 12:46
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Laura y Javier Antón, hijos de Macelo ConradoAntón, tienen sobre sus hombros la responsabilidad dedos restaurantes que son historia viva de Oviedo y trabajan para que los tiempos vayan también con estos clásicos de la cocina asturiana. Tras abrir las puertas y el espacio enLa Goleta y ver que la apuesta funcionó La Goleta ha recobrado su espacio como establecimiento para disfrutar del vermú y los vinos , han decidido hacer lo mismo en Casa Conrado.
Cerrado durante unos días,Casa Conrado ha vuelto con nuevos colores y nueva luz, «más abierto» a la calle en todos los sentidos.El resultado de la obra es cuesitón de gustos, pero «había que acabar con esa idea de que sólo es un restaurante, porque Conrado siempre ha sido un sitio donde disfrutar de un buen vino», explica Javier.Y donde comer bien, incluso, sin matar el bolsillo. Ojo, es un restaurante donde prima la materia prima y eso hay que pagarlo, pero la novedad también va en los precios.La barra ofrece doce tapas por menos de 10 euros y tres mini-tortillas por menos de 5 euros.
Para un servidor, la tortilla de merluza con salsa mariscada es uno de los grandes platos de la casa, de Conrado yLa Goleta, un plato de los que gusta ofrecer a un amigo:«Ten, prueba esto» y sentirse como el que da el pan, mesiánico, como si en un bocado le enseñaras lo que merece la pena de Oviedo. También a precios reducidos está el clásico de las tostas de jamón y foie fresco (10 euros), perfectas para acompañar el vino así como las anchoas elaboradas aquí (9 euros) que merecen ser probadas.
Hay además degustación de fabada asturiana, de fabas con almejas, carrilleras de cerdo ibérico con puré de patata o escalopines con salsa de Gamoneu.Todos los platos por menos de aquella cantidad.
Por supuesto la gran cocina, su comedor clásico, permanece y aunque las fabas con almejas y la fabada de Casa Conrado son renombradas, lo que está realmenente bueno y es dificil comer en otro lugar igual, es el pote asturiano.Con poca o casi ninguna faba, con el justo sabor y potencia y con el embutido en su punto.
El solomillo, los pescados frescos a la espalda o en salsa, y su merluza a la sidra, son siempre platos de gran altura, ya en comedor, por donde además de sus incondicionales, deberían pasar los foodies y amantes de la gastronomía al menos una vez en la vida. Historia viva de la cocina asturiana, la sala.Casa Conrado es el restaurante y, ahora también, tratará de ser el bar, la barra y el ambiente.
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