Secciones
Servicios
Destacamos
Luis Antonio Alías
Jueves, 7 de mayo 2015, 00:06
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
José Manuel es de Amieva. Nació, pues, en tierra de vacas y rebecos, y aprendió de su madre a elaborar queso de Los Beyos. Cuando tuvo edad se fue para Buenos Aires y allí, durante más de un lustro, trabajó de camarero mientras aprendía secretos de cortes y parrillas. Luego regresó y entró en el Llagar el Quesu, tal vez la más amplia y popular escuela asturiana de carnes a la brasa.
Hace veinticinco años le ofrecieron un barín en una calle de El Llano gijonés y decidió probar en solitario. Bueno, no exactamente en solitario que lo suyo es rodearse de un pequeño equipo compenetrado y duradero que Mónica, Liliana y Laureano suman quinquenios. Por otra parte, su pulpo amariscado, sus callos, sus arroces, sus merluzas a la cazuela o plancha, su codillo de cordero, sus troceados de xatu y gochu y sus parrilladas no sólo se consumen en sala: la demanda impuso un eficaz servicio a domicilio.
Pero el prestigio, el éxito, la fama duradera y el acceso al podio de los carnívoros exigentes lo aporta el chuletón de vaca rubia occidentaliega y gallega madurado tres semanas, una pieza rubicunda y roja entre marfiles que se deshace en jugos y ternezas: pocos podrán competir en calidad, gusto y precio. «También preparo bifes y supremas de pollo tal como me enseñaron en Argentina» -nos comenta.
El Asador reúne despieces pamperos y hechuras españolas: la perfección del círculo.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.