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Luis Antonio Alías
Jueves, 14 de mayo 2015, 01:35
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Viviana y Damián apenas necesitan presentación entre los habituales del guiso placentero y personal. Su Cencerro ha ganado algo más importante que premios al mantener continuos ascensos y aciertos. Pero los inquietos perseveran ensanchando límites y justo frente al Cencerro el vor es adverbio alemán para delante de abrieron esta cervecería que deseaba refrescar, atender esperas, servir la primera o última copa de la noche, ampliar las rutas gijonesas del gin-tónic y disponer de tercios, medios y grifos variados.
Por carácter y detalles pronto rebasó el papel de complemento ligero y pasó a rincón singular: su fachada nórdica de ladrillo y ventanales, su interior de mesas altas y taburetes, su larga barra, sus botelleros, sus cubas y tuberías y el cariño, empeño, dedicación y cuidado de unos dueños siempre exigentes y minuciosos elevaron las consideraciones. A las ale o lager de cuatro continentes unen tres cervezas artesanas propias, la Vorágine rubia, la Latitud 43 pale y, por navidades, la Noega tostada de 9º. El Vor se suma por tanto a las cervecerías (y cerveceras) esenciales de una Asturias apasionada del lúpulo y la cebada mucho antes que la Estrella Azul de La Felguera, la Estrella de Gijón o el Águila Negra de Colloto entraran en la historia industrial del Principado.
«La demanda, incluso la exportación, nos obligó a tomar un local para disponer de mayor producción. He de reconocer que el celo en la elaboración, el diseño de nuestra hija Julieta y sus especiales sabores obtienen mayor repercusión de la imaginada» comenta Damián.
¿Y para acompañar? La hamburguesa de vaca vieja en pan caliente cuenta pocas rivales y las alitas de pollo deshuesadas en panko, las salchichas alemanas en chucrut, las costillas en salsa barbacoa o las delicias orientales un punto picantes desbordan generosamente el marco del simple tapeo a precio prudente.
«Llamamos a nuestra pale artesana latitud 43 por comenzar nuestra vida familiar en la 43 sur patagónica, y continuarla en la 43 norte asturiano» apunta Viviana.
Cuando toque preparar nuevamente la invernal Noega, densa y poderosa, será fácil imaginar a los antepasados de los gijoneses llenando cuernos y zapicas durante una fiesta solsticial en el cabo Torres.
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