Borrar
El Cruce

El Cruce

Hay que tener y servir virtudes para afianzarse, crecer y enriquecer facetas en esta década de tantos rigores

Luis Antonio Alías

Viernes, 28 de abril 2017, 12:57

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Cuando Luis y Charo lo adquirieron, el entonces bar con tienda y tradicional merendero de pláganos ya tenía tras de sí algunas décadas de servicio. Y de muy buen servicio. Luis que es de Deva, y Charo, que se crió en Peón, clientes antes que cocineros, lo sabían, y surgida la ocasión decidieron dedicarle todos sus esfuerzos. Prácticamente la vida al completo.

El proyecto valió la pena. Además de situarse justo en la entrada de la pintoresca carreterina que conduce al lavadero y al puente, actualmente algo tapada por desviaciones y autovías, el establecimiento lo posee todo: la zona verde de juegos, el mencionado merendero, las terrazas acristaladas, el comedor de sala, el comedor en altillo, la barra de escanciados y la amplia y ajetreada cocina batiendo puertas al ritmo de los pedidos.

Que en la aún lejos de finalizar década de las vacas flacas no se hayan ahorrado fuerzas para ampliar, acondicionar y modernizar los espacios, y en consonancia tampoco dejaran de aumentar celebraciones, visitas y ajetreos, da fe del acierto cercano ya a la treintena.

Un acierto con santos y señas claros: la tortilla de patatas sin cebolla y deliciosamente babosa, las suaves croquetas de jamón o de cabrales, los chipirones afogáos con ajo, cebolla, oliva y unos toques secretos, los pescados del día a la gracia del cliente, los cortes vacunos, del escalopín al chuletón y del entrecó a los tacos de solomillo acompañados de boletus; los potes y arroces

Y el Scone, la piedra en la que Jacob apoyó su cabeza antes de quedar dormido y soñar su escalera, y la piedra que bendijo la coronación de los reyes escoceses y después la de los británicos; sillar de arenisca que se emplaza bajo el trono con cada coronación, Luis y Charo, asociados con el cervecero vallisoletano Carlos Armesto, convierten en cerveza la leyenda de su paso por las costas asturianas: sin extractos ni aditivos, su blonde ale y su rye ale, limpias de color, mullidas de espuma, suaves pero personales, combinan dulzores afrutados y potentes tostados de trigo y centeno para placer del catador y del sediento.

El menú, en los días laborables, es especialmente buscado por los obreros, estudiantes y sanitarios de la parroquia no olvido de pescadín una fresca y sabrosa cabra de roca con alternativas para comilones y frugales, liberados del inicio de la tarde por la jornada laboral continua o transeúntes ajetreados entre parte y parte y de la partida, de la fabada a la ensalada, y de el cordero a la merluza. Luego, entre los postres de quienes nunca pasamos sin más a pesar de las exigencias del dietista del segundo al café, la manzana o el yogurt, la tarta de frixuelos y arroz con leche enllambia cordialísimamente el paladar.

Una bodega suficiente de moderada sobrepecio, una atención numerosa y cordial, un esmero en limpiezas y control de olores que permite dar rienda a los placeres olfativos sin interferencias, y una parada de autobús prácticamente enfrente (el el goce gastronómico pleno ayuda el transporte público) convierten la visita en un acierto redondo.

¿Qué visitar?

Iglesia de San Salvador de Deva. A poco más de unas zancadas, la iglesita, que por su bucolismo figura entre las preferidas para celebrar bodas, se fundó en el año 1006 y hasta tuvo un monasterio al lado. Pero la Guerra Civil se llevó lo poco que quedaba y rompió la lápida fundacional de la reina Velasquita de León, ahora restaurada y repuesta sobre el dintel lateral ( dos capiteles prerrománicos mal guardados en la capilla del cementerio adjunto fueron sustraídos hace unos pocos años). De estilo rural asturiano, con porche de murete sobre columnas y jardín lateral donde sentarse, deja oír el paso del río y el aire en las altas y frondosas copas de los árboles. Por supuesto, entre coche y coche.

LA RECETA RECOMENDADA: Cazuela de pixín y pulpo con nuestra cerveza

Ingredientes para 2 comensales:

- 250 gramos de pixín negro.

- 50 gramos de pulpín de roca.

- 2 dientes de ajo negro.

- 1/2 cebolla.

- 15 centilitros de cerveza Scone blonde ale.

- 30 centilitros de fumé de pescado.

- Aceite de oliva extravirgen.

Elaboración:

1. Caramelizamos la cebolla en su propio azúcar, cortándola y pochándola muy lentamente durante una media hora sin dejar de revolver hasta que adquiera un color dorado oscuro, pero vigilando que jamás queme (para evitarlo añadamos un chorrín de agua).

2. Ya caramelizada, sofreímos con ella el ajo el ajo picado fino en aceite caliente y a fuego vivo.

3. Seguidamente distribuimos y rehogamos el pulpín cocido a la manera habitual y cortado en taquinos o rodajas.

4. Ytras el pulpo agregamos el pixín cortado en cuatro medallones.

5. Sin dejar de mover y rehogar los ingredientes en todo momen to, vertemos la cerveza, dejamos que reduzca unos minutos, y rectificamos con el fumet para conseguir un caldo denso y consistente.

6. Sazonamos al gusto... ¡Y a disfrutarlo!

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios