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Al Boccalino
GIJÓN

Al Boccalino

Sucedió al Café Diario, de tan grato recuerdo, remocicó sus interiores sin cambiarlos y mantiene el relojón que nos marcó muchas horas gratas

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Jueves, 16 de noviembre 2017, 11:34

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Al Boccalino, que nombra la jarra de cerámica panzuda y decorada con motivos vegetales donde se sirve el vino de la casa por la Italia meridional, cambió de curso y nombre al Café Diario, ese local de Fomento que abre una puerta esquinada y tantos recuerdos nos trae de los años ochenta y siguientes.

No fue malo el cambio. De cafetón primero a pub después, su actual propietario, Herminio, decidió ampliar la experiencia italiana con el Pomodoro de Trinidad, y ahora acaba de sumar un nuevo Boccalino que dejaremos para próxima visita.

Al Boccalino

  • Dirección: Rodríguez San Pedro, 25. Gijón

  • Teléfono: 984 39 41 66

  • Propietarios: Herminio Iglesias y Roberto Fichera

  • Chef: Roberto Fichera

  • Apertura: 2010

  • Menú laborales: 10,50 euros

  • Media a la carta: 39 euros

A Herminio se le une Roberto, el cocinero, siciliano de cepa y mar, que ejerció y dirigió trattorie en su tierra, en Alemania, en Francia y ahora en Gijón, donde parece haber encontrado su asiento definitivo: un local de blancura brillante, barra y mesas de taburete adecuadas para vermús y spritzes, techos profusamente moldurados, columnas decoradas, relieves aleonados, comedor intimista mampara mediante y vistas al viejo puerto de Fomento, añade goces al goce de los antipasti con quesos y embutidos curados entre los Alpes y la isla de Pantelleria, las ensaladas y crudités que satisfacen y completan por sí mismas, las muchas pastas caseras sabrosamente acompañadas, los gnochi, los muchos cremosos risottos, los finísimos carpacci de xatu o pulpo, le pizze de veritá –las imitaciones ‘fast food’ van haciéndonos olvidar las originales– y los saltimbocca, entrecotes y escalopines acompañados y salseados al gusto y al punto. ¿Ytiramisús?¡Faltaría!

Herminio y Roberto dan buena sombra. El primero es además de Bimenes donde las minas de antes, los jabalíes de ahora y los bosques de siempre, con Peñamayor por vigía, dan a sus naturales especial pujo para los negocios: él comenzó su idilio hostelero instalando futbolines, billares y dianas; hora instala soles mediterráneos. Pena que falte Prudencio González Rivero, ‘Pruden’, el socio de Herminio e igualmente emprendedor nato, que se nos fue de repente y en silencio hace cinco meses: su simpatía , cómo no, se echa de menos e invita a brindar con un Piemonte o Toscano por su felicidad allí donde se encuentre.

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