El arte del escanciado

Cinco culinos por botella, cada uno de 120 centímetros cúbicos. Sin olvidarse de la posición del vaso, la del brazo o de no tirar el corcho. Todo esto en un tiempo de sesenta segundos. La verdad que dicho así parece imposible echar un culín de forma perfecta, pero los 36 participantes en el concurso de escanciadores que se celebró ayer en la plaza Mayor de Gijón hacen que parezca realmente fácil.

Durante casi dos horas el público estuvo atento a lo que ocurría sobre el escenario -decorado este año con el mural de Pepe Espiña-, y hasta avisaban al escanciador si tenía que echar más o menos sidra. No dudaron en aplaudir a los pocos concursantes que fueron descalificados para animarlos.

En una edición en el que el primer puesto estuvo reñido hasta el último momento, fue finalmente Pablo Álvarez, de la sidrería 'Alberto', de Oviedo, el que con un total de 82,85 puntos se impuso al resto de compañeros. «Me preparé a conciencia para los concursos de Nava y Gijón y he logrado vencer en los dos. Ahora ya puedo decir que gané en todas partes», afirmaba orgulloso Álvarez tras recibir el premio.

En segundo lugar terminó Salvador Ondó, que encabeza actualmente la clasificación del Campeonato de Asturias. En la categoría de los locales el vencedor fue Wilkin Aquiles, que había sido ganador los dos años anteriores pero que en esta ocasión no pudo pasar de la cuarta posición.