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MIKEL LABASTIDA
Domingo, 28 de septiembre 2014, 01:40
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Está harto el director Alberto Rodríguez de explicar que su última película, 'La isla mínima', no está inspirada en 'True detective', porque cuando él escribió y rodó el filme la serie estadounidense ni se había estrenado. Solo queda la opción de que le hubiese robado el guion o alguna copia a Nic Pizzolatto, su creador, pero no parece que eso haya sucedido. La ficción de HBO (que en España la guarda en un cajón Antena 3 hasta que se pudra) narra la historia de dos detectives que acuden a investigar el crimen de una mujer que ha aparecido en medio de una plantación de caña de azúcar, desnuda, atada y con unos cuernos de venado en la cabeza en lo que parece obra de un psicópata. A las peculiaridades del caso se une la personalidad opuesta de cada uno de los policías y los conflictos interiores que libran cada uno. 'La isla mínima' también la protagonizan dos polis, con caracteres e ideologías enfrentadas, que han sido expedientados y enviados a las marismas del Guadalquivir a averiguar qué ha ocurrido con dos niñas desaparecidas. Nada tiene que ver Louisiana con Sevilla. Ni Woody Harrelson y Matthew McConaughey con Raúl Arévalo y Javier Gutiérrez. Ni la España profunda de los 80 se parece al sureste estadounidense a mediados de los 90. Y, a pesar de esto, es cierto que ambos productos (por lejanos que sean) comparten una misma atmósfera, un ambiente asfixiante y desasosegante.
El caso es que cuando pienso en esas vagas similitudes o leo acerca de los parecidos razonables me da por suspirar. Un suspiro a caballo entre la resignación y el anhelo. Y me da por imaginar qué pasaría en la televisión de este país si alguna cadena o plataforma se lanzase a encargar ficciones a tipos con un potencial como el de Alberto Rodríguez. Y se apostase de verdad, sin medias tintas. Para no quedarse a medias, como ha pasado con esa miniserie, 'Hermanos', que nos la vendieron como un punto y aparte en la ficción nacional y se ha quedado en un quiero y no puedo. A lo mejor no es tan complicado que aquí, salvando las distancias, tengamos nuestros 'True Detective'. Pero hacen falta dinero y valentía. Y más Albertos Rodríguez a ser posible.
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