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La primogénita de los Reyes de España, Leonor.
Los nueve deseos de Leonor

Los nueve deseos de Leonor

La primogénita de los Reyes de España celebra su primer cumpleaños como heredera de la Corona

Alfonso R. Aldeyturriaga

Viernes, 31 de octubre 2014, 11:15

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Aquel 8 de mayo amaneció soleado en casi toda España. Solo las nubes impedían ver el cielo en Asturias. La temperatura, muy agradable, casi veraniega en el Mediterráneo y Andalucía. Dos grandes titulares deparaba la agenda de la jornada. Por un lado, José Luis Rodríguez Zapatero visitaba el campo de concentración de Matthausen; el presidente del Gobierno rindió homenaje a las víctimas y se inclinó ante los republicanos, a los que prometió la reparación de daños. Por otro, media España, por no decir España entera, tenía un ojo puesto en Montmeló, donde Fernando Alonso dio otro paso de gigante hacia la conquista del que fue su primer Mundial en F-1. Sí, a los mandos de aquel Renault que tinó de azul a toda su hinchada. Pero aquel 8 de mayo de 2005, sin casi esperarlo; aquel domingo, la Casa Real emitió el siguiente comunicado: Sus Altezas Reales los Príncipes de Asturias tienen la gran alegría de anunciar que esperan el nacimiento de su primer hijo para el próximo mes de noviembre. Sus Majestades los Reyes desean con este motivo sumarse a la gran alegría de este feliz anuncio. Palacio de la Zarzuela.

Así comienza a escribirse la historia de Leonor de Borbón y Ortiz, que hoy está de celebración. Sopla nueve velas. Su primer cumpleaños como Princesa de Asturias, como heredera de la Corona. Nació el 31 de octubre de 2005. Vamos, que no lo hizo en noviembre por un día. Y nació niña. El debate de la reforma Constitucional para igualar a mujeres y hombres en orden dinástico acompañó todo el embarazo de la hoy reina Letizia. Ellos, los padres de la criatura, hacían oídos sordos. Iba a nacer su primer hijo. Qué más da que fuera niño o niña. El problema podría llegar más tarde, al aumentar la familia, que, ya se sabe, no lo fue tal.

La primogénita de Felipe y Letizia nació por cesárea. De madrugada. Y eligieron para ella el nombre de Leonor por que les gustaba. No dio el entonces Príncipe de Asturias más explicaciones, pese a que se escribieron crónicas y crónicas con las otras leonores en las cortes europeas. Desde bien pequeña demostró ser una niña con un gesto amable, dulce, a la que no cuesta regalar sonrisas. Dentro de que no es una niña normal, al menos sí resulta una niña normal. Que si escucha música, como en el desfile del Día de la Hispanidad, acompaña con su cabecita el ritmo de los acordes. Que señala con su mano el paso de un avión. Que se mueve cuando el protocolo aconseja estarse quieto. Que se ruboriza. Que habla cuando el silencio lo ocupa todo. Que busca con sus ojos referentes conocidos en los hasta ahora contados actos oficiales en los que ha participado.

Porque a Leonor la vida le cambió el 19 de junio. Como a su padre. Don Felipe asumió la jefatura del Estado. Y ella, el papel de heredera. No tendrá agenda propia hasta que alcance la mayoría de edad. Pero ya no puede escapar del segundo plano de la actualidad. Hasta ese momento, la vida de la primogénita de los entonces Príncipes de Asturias había sido más discreta. No realizaba actividades muy distintas a las de los niños de su edad. Bien es cierto que ella salía y se veía en la televisión, prensa La explicación de por qué los abuelos, sus padres y ella misma eran centro de tanta atención fue una de las primera tareas que doña Letizia se propuso llevar a cabo, tratando de aportar naturalidad al asunto. Dicen que, a través de cuentos, la hoy Reina les descubrió el papel institucional que jugaban los Reyes, los Príncipes y las entonces infantas Leonor y Sofía.

Quisieron los padres, se empeñaron Felipe y Letizia, en que las dos niñas recibieran, y reciban, una educación similar, que no haya distinción entre ellas. Pero desde el 19 de junio todo cambió. Leonor, desde entonces, ocupa lugar preferencial sobre su hermana la infanta Sofía. Y el asunto irá a más. En nada, quizás antes de lo que muchos esperan, la heredera comenzará a recibir las primeras nociones militares. Los Premios Príncipe de Asturias ya han cambiado de género para rendirle pleitesía. Y ahora, además, a su nombre simple, a Leonor, le acompañan ahora los títulos de princesa de Gerona, Viana, duquesa de Montblanc, condesa de Cervera y señora de Balaguer.

Con sus nueve años recién cumplidos, Leonor es la heredera al trono más joven de Europa. Otras dos niñas, Isabel de Bélgica y Amalia de los Países Bajos, le acompañan en este trayecto hacía las coronas que hoy ostentan sus padres. Su educación se lleva a cabo en el mismo colegio en el que cursó don Felipe, en Los Rosales. Dicen de ella que es una chica con gran curiosidad, que continuamente pregunta el porqué de las cosas. Físicamente, recuerda a la reina Sofía cuando era niña, aunque con los ojos más claros, con el carácter abierto y campechano de su abuelo don Juan Carlos. Está muy unida a su hermana, y también a su abuela materna, Paloma Rocasolano, quien es quien se ocupa del cuidado de ella y su hermana cuando don Felipe y doña Letizia tienen que ausentarse varios días de Palacio.

¿Y cómo celebrará este cumpleaños? Se sabe que en la intimidad. Con una fiesta de amiguitos, se supone. Y más hoy, que no es día lectivo. No se distribuirá foto, ni nada que se le parezca. Sus padres quieran que siga disfrutando de la inocencia de la que aún goza. Ya tendrá tiempo de asumir el papel institucional que por nacimiento le corresponde. El destino le tiene guardado un capítulo en la Historia de España. Pero, como es una niña, entre sus nueve deseos al soplar las velas seguro que está el que le regalen un perro. Difícil tendrá que se cumpla, porque se sabe que doña Letizia, al menos de momento, no cede antes el anhelo repetido de sus hijas.

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