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Carla Pereyra.
Carla Pereyra, la mejor fan del Cholo

Carla Pereyra, la mejor fan del Cholo

La novia del entrenador del Atlético de Madrid es una exuberante modelo que llora con 'Titanic'

Fernando miñana

Sábado, 29 de noviembre 2014, 00:27

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Carla Pereyra es la última 'wag' (wives and girfriends, esposas y novias de futbolistas) de la colección. Ella es la sombra de Diego Simeone, el entrenador que ha revolucionado a los colchoneros, con quien vive una intensa historia de amor que salta del cotidiano día a día, presa de las obligaciones balompédicas de su chico, a las playas de Ibiza y el Caribe, o a grandes capitales como Nueva York, París y Roma. Son viajes fulgurantes y sin secretos, a golpe de foto en Instagram.

Esta argentina de 27 años, 17 menos que El Cholo, llegó de Paraná, la ciudad a orillas del caudal del mismo nombre en la provincia de Entre Ríos, tierra de panzas verdes, de materos que cultivan la hierba, una actividad que casi es una religión para los argentinos. Pereyra dejó atrás los cultivos de mate para prosperar en Europa como modelo.

El salto al charco lo dio, prueba de sus ansias por triunfar, cuando era una adolescente. Primero se fue a Milán, donde llegó pisando fuerte, bamboleando sus medidas despampanantes, un cañón de 85-60-90, muy cerca del ideal de las pasarelas antes de que se impusieran las chicas fideo del prêt-à-porter. En la poderosa Milán lució los modelos de Alberta Ferretti y Max Mara, pero tampoco es que lograra convertirse en la nueva Giselle Bundchen.

Pereyra no veía claro su futuro y, escuchando una canción de Alejandro Sanz, pensó que quizá España era su sitio. En Madrid fue de relación en relación, siempre con hombres mayores que ella, siempre con personajes más o menos conocidos. El primero fue un bombazo, el bailarín Joaquín Cortés, allá por 2009; después se dejó seducir por Alejandro Ballestero, diputado del PP, y por Aíto de la Rúa, hermano de Antonio de la Rúa, ex de Shakira.

La modelo argentina era un chica sin un trabajo estable y se buscaba la vida como podía. Por eso, en 2010, sin haber visto siquiera de qué iba, se alistó en el reality 'Supervivientes: perdidos en Nicaragua'. No aguantó mucho y un buen día optó por batirse en retirada porque no soportaba la presion de un programa extenuante en todos los sentidos.

Pereyra se marchó a Londres para olvidar su mala experiencia en Nicaragua, un trabajo que sí le resultó rentable y que aún exprimió un poco más mostrándose medio desnuda en la portada de 'Interviú'. Ahora, más madura, ve aquello como algo que quizá no debería haber hecho, pero sin arrepentimientos: «Representó lo que yo era en aquel momento».

Pero su gran historia de amor estaba por llegar. El principio fue de película. Carlita, como le llaman los amigos, salía del lavabo de un restaurante cuando se topó con Simeone, que hacía como que hablabla por teléfono. Saludó al Cholo y se excusó por interrumpir su conversación. Iba a marcharse cuando el entrenador del Atlético de Madrid le confesó que lo que realmente estaba haciendo era esperarla.

Simeone, después de hacerse el encontradizo, ya no la dejó escapar. En abril fueron 'cazados' por primera vez por los paparazzi durante un paseo por Chinchón. Y a partir de ahí ya es habitual verlos por aquí o por allá. Lo mismo se dejan caer por uno de los restaurantes de moda de Madrid, el 'Oh Bla Bla' de Cayetano Rivera, que hacen una escapada a París, donde ella se retrató desde el balcón del hotel Plaza Athenee -habitaciones de 900 a 2.000 euros la noche- con la Torre Eiffel al fondo, un viaje que incluyó una cena en el suculento Atelier Joël Robuchon y una visita a Disneyland para fotografiarse con Daisy.

Una vida casi de cuento para un joven capaz de ver 'Titanic' 23 veces y llorar en las doce primeras. Ahora vive en casa de Simeone y se ha convertido en la imagen de Chloé Lombart, una diseñadora de muebles solidarios. Esta llamativa mujer de casi 1,80, melena castaña y ojos verdes se ha convertido en una hincha del Atleti, y en cuanto la competición permite un respiro, coge a su pareja y se sube al avión. Juntos se han bañado en las playas de Ibiza o en las más lejanas de la isla de San Bartolomé, en el Caribe. Y juntos han sido recibidos por el Papa, su compatriota Bergoglio, ante quien se emocionó y no pudo evitar llorar.

Al Cholo también se lo ha llevado a visitar Nueva York, la ciudad en la que estuvo dos años viviendo mientras avanzaba en sus estudios de Arte. Él, mientras, sigue litigando con su ex, Carolina Baldini, la madre de sus hijos (Gionanni, Gianluce y Giuliano), con quien ya solo se comunica a través de sus abogados en un divorcio eterno.

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