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El papelón de Ana Allen

El papelón de Ana Allen

La actriz ha logrado a base de Photoshop que medio mundo la conozca tras su falso paseíllo en los Oscar. Ha dado la callada por respuesta

ESTHER REQUENA

Sábado, 7 de marzo 2015, 00:55

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Unos días antes de que Anna Allen estrenase su primer protagonista en el Festival de Teatro de Mérida en 2011, la actriz catalana se encerró en su hotel. Solo salía a los ensayos e incluso pedía que le subieran la comida. Tenía 'encerrado' a su personaje, Antígona, y no quería que se le «escapase». Ahora que ha aparecido su gran papel, con el que ha copado miles de páginas en los medios hasta de Australia y Perú, parece que se encuentra haciendo lo mismo. Desde hace una semana no se conoce su paradero. Ni siquiera si se encuentra en Estados Unidos o España, aunque las parodias que circulan por internet la sitúan en cualquier punto del mundo donde haya un famoso.

Ni la actriz ni su representante dan señales de vida desde que saltase a la luz que su exitoso curriculum en Hollywood se creó a base de Photoshop y de retoque fotográfico. ¡Hasta vendió que acudió en dos ocasiones a los Oscar! La última, hace solo unas semana, nada menos que vestida en exclusiva por Vicky Martín Berrocal, con zapatos de Rocío Mozo y joyas de Suárez... aunque no pisó el Dolby Theatre. Eso no la disuadió de conceder entrevistas a distintos medios proclamándose como la única española en la ceremonia -gracias a la invitación del reparto de la cinta 'Perdida'-. Lo que aderezó con que había pasado la mitad de la gala en el teatro y la otra en el 'backstage', donde incluso habló con el presentador, Neil Patrick Harris. Los Oscars los debió ver por televisión, aunque ahora se merezca la estatuilla a mejor actriz o al mejor montaje. Su paseíllo de honor lo realizó en un hotel de Viena unos días antes y esa noche aplicó a la carrera un poco de Photoshop a la imagen que la desenmascaró. Por cierto que el fotógrafo de la sesión 'verdadera' aún no ha cobrado por retratar a la que ya apodan «la pequeña Nicolasa».

Como para la tragedia de Sófocles, todo indica que también se ha dejado «cada poro de la piel» en dar vida a su gran papel: el de Anna Allen actriz. Su fantasía hizo que actuase en las exitosas series 'The Big Bang Theory', 'Ladrón de guante blanco' y en 'El show de Larry David', así como en proyectos de la BBC y la HBO pasando por la nueva ficción del equipo de 'Mentes criminales'... La lista de 'inventos' sigue casi hasta el infinito: aseguraba que amadrinaba junto a Estefanía de Mónaco la Fundación Fight Aids, que era imagen del Hard Rock Café de Florencia o que Tina Fey le compró los derechos de su obra teatral 'Exit'. Con tanto maquillaje de brocha gorda a su curriculum logró que la gran biblia de los cinéfilos, el portal IMBD, la definiese como «una de las actrices más importantes de su generación». ¡Incluso proclamaba que compartía al publicista Shawn Sachs con Ben Affleck, Naomi Campbell o Leonardo DiCaprio! Por supuesto, Sachs no ha oído nunca nombrar a Anna Allen ahora que se ha descubierto que habrían suplantado su identidad en algún correo electrónico para promocionarla. Sin olvidar que su agencia de representación se localizaba en la mismísima avenida Sunset Boulevard (Los Ángeles)... aunque solo la llevaba a ella. O la glamurosa vida que mostraba a través de Instagram, con más de 22.000 seguidores, donde lucía alpargatas de Chanel o botas de Balenciaga. Un 'corta y pega' que realizaba del perfil de la también actriz Sophie Bush. Y entre su legión de seguidores en Twitter, cuentas falsas que aclamaban cualquiera de sus 'movimientos' y que decían ser cámaras del programa de Ellen DeGeneres, guionistas de la FOX...

Una película propia de Berlanga para la que habría contado con la ayuda de su representante, Mar Rodríguez. «Anna Allen no es una trastornada, solo una chica mal aconsejada por una representante que ha estropeado su futuro», ha detallado a la revista 'Vanity Fair' Elena Arnao, directora de casting de 'Cuéntame', donde sí que trabajó durante 43 episodios como Marta Altamira, la novia universitaria y comunista de Toni Alcántara. Le siguieron, de verdad, las producciones 'Acusados', 'Un burka por amor', 'Homicidios', 'El ángel de Budapest' y algún papelito en 'Hospital Central'. Llegaron a ofrecerle rescatarla en 'Cuéntame', «pero nos exigía cobrar por jornada más de lo que se llevaría Luis Tosar por una aparición estelar». Su representante ya la 'vendía' como una estrella en América.

Padres divorciados

Las incógnitas se acumulan a medida que pasan los días. Poco se sabe de una chica que nació en Salt (Girona) hace 32 años y que con tres años se mudó a Barcelona, aunque veraneaba en Cadaqués y Roses. O eso comentaba ella. Sus vecinos aseguran que tendría, al menos, cinco años más, una resta habitual en el mundillo. Su madre, divorciada hace años, residía en Cerdanyola del Vallès (Barcelona), a unos 30 minutos de la ciudad condal, en un piso de 60 metros cuadrados. Ahora las persianas permanecen cerradas y del buzón ha desaparecido su nombre. Quizás se haya mudado a Valencia con Raúl, el hermano pequeño de la intérprete, o se camufle en el apartamento que poseerían por la costa de Tarragona. En Cerdanyola, de casi 58.000 habitantes, nadie sabe su destino. Solo apuntan que en esas calles se crió la pequeña Anna, que llegó a ir a la universidad, pero que la dejó por el mundillo de la actuación.

Papeles de reparto y secundarios iban poco a poco engordando su curriculum. «Es una actriz con ángel y muy bien preparada», se deshace en piropos profesionales José Triana -quien lleva a Ana Duato, Roberto Álvarez, Carlos Iglesias o Pilar Punzano-, su representante durante su trabajo en 'Cuéntame'. Trabajaron juntos durante tres años «y nunca me dieron una queja de ella». Sí mostraba un carácter fuerte pero en el buen sentido, tenía muy claro lo que quería y lo que no, además de mostrarse muy segura de sí misma.

«Me quedo con la Anna Allen luchadora, insistente, en ocasiones obsesiva, perfeccionista. Una mujer apasionada por su trabajo y deseosa de aprender», enfatiza Julio Bravo, crítico teatral del periódico 'Abc'. Como muchos otros conocidos, él también se ha intentado poner en contacto con ella sin suerte por correo electrónico, como se carteaban habitualmente, y por teléfono. «No sé la verdad que hay detrás de la historia de los Oscar, pero en cualquier caso no me provoca hilaridad, sino lástima», matiza.

Con el paso de los días ya parece poco probable que toda su invención fuese parte de un experimento al estilo de Joaquin Phoenix cuando anunció su retirada de la industria o el más cercano del estilo de Jordi Évole sobre el intento del golpe de estado del 23-F. Pinta más a la historia de la española Alicia Esteve, más conocida como Tania Head, que se inventó que pasó de vivir en el anonimato absoluto a ser icono de las víctimas del 11-S. «Puede haberme estado engañando, pero no es del tipo de persona que ahora vaya a hacer un tour por los platos», cree Julio Bravo.

Su carrera como actriz ha quedado tocada... o no. Opiniones hay para todos los gustos. «El fin era el de venderse y obtener beneficios profesionales. Como el pequeño Nicolás, se ha convertido en poco tiempo en una persona muy mediática y, durante un breve período, quizá hayan conseguido parte de su objetivo. A largo plazo le perjudicará, puesto que nadie la tomará en serio, hundiendo así su carrera», resume José Gabino, especialista en marketing.

Muy distinto lo ve todo José Triana. «Nadie conocía antes a Anna Allen y ahora seguro que casi el 70% de la población sabe quién es. En ocasiones te piden actrices conocidas y ahora lo es, a lo que se suma que como actriz la considero excelente». Seguro que su próximo papel no pasa nada desapercibido.

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