Borrar
«Évole es un mago, te quita el reloj y no sabes cómo»

«Évole es un mago, te quita el reloj y no sabes cómo»

Antonio Contreras, un joven de 20 años que apenas oye y con escoliosis, ha puesto a prueba a cinco grandes del periodismo en 'Palabras sabias a oídos sordos'

NURIA ROZAS

Domingo, 20 de septiembre 2015, 00:36

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Antonio Contreras (Madrid, 1994) es un ejemplo de superación, un «chico inmaduro» que ha conseguido escribir 'Palabras sabias a oídos sordos', en el que cinco grandes del periodismo le abren su casa y su corazón: Ana Pastor, Jordi Évole, Antonio García Ferreras, el Gran Wyoming e Iñaki Gabilondo. No ha sido un camino fácil, «además de los obstáculos que me busco hay que sumar algunos que me tocaron: soy sordo, tengo escoliosis y problemas motores».

Dice que en las discotecas es el menos sordo porque lee los labios. ¿El sentido del humor es la clave de su vida?

Hay dos maneras de llevar los problemas, o sufriéndolos y lamentándote o burlándote de ellos. No consigues que desaparezcan, pero te ríes. Elegí la segunda.

¿Quién ha sido su gran apoyo?

Mis padres se involucraron con la sordera desde el principio y también con el colegio al que fui, el Tres Olivos, un centro de integración que ha sido fundamental. Mi padre además trabajó porque las televisiones subtitularan la programación y eso es vital.

¿Escribir un libro le ha cambiado la vida?

Ha sido mi reto más importante y adulto. Un viaje increíble. Empecé muy perdido, eh, pero he aprendido muchísimo, he disfrutado y ¡lo he hecho! Estoy feliz y con ganas de más 'líos'.

Asegura que no liga. ¿Ahora como escritor va mejor la cosa?

Todavía no ha llegado la cosecha (risas). El libro acaba de salir, no me ha dado tiempo y encima he cogido gripe. No pierdo la esperanza. ¡Pregúntame en Navidad!

¿Qué entrevista ha sido la más fácil y cuál la más difícil?

Las más fáciles, las de Évole y 'Wyoming', que me hicieron sentir como en casa, y de verdad parecía que hablaban a gusto. Con Ana Pastor el problema fui yo. Era la primera entrevista, estaba despistado, y había que cambiar el rol de amiguete. Con Antonio García, el comienzo fue duro. Decía que se sentía como una rana en el laboratorio y que lo hacía por hacerme un favor. Y de pronto empezó a contarme cosas alucinantes, con gran generosidad, pero luego otra vez se revolvía. Y Gabilondo me explicó que tiene un cronómetro interno y que sabe estructurar los tiempos. Con gran habilidad acabó cogiendo el cuestionario que yo llevaba y 'gestionándolo' él.

¿Qué cogería de cada uno para hacer al periodista perfecto?

De Ana, la cabezonería: ella cree que se entrevista así y nadie le va a desviar de su propósito. De Jordi, la habilidad para el regate, se parece a Messi, pequeño pero matón. De Antonio, la fuerza, es un gigante bajado de las montañas de León. De Wyoming, el don de la palabra, como diría una abuela: 'vaya labia tiene...'. Y de Iñaki, la profundidad, las cosas que dice salen de dentro. Y de mí, la cara dura por atreverme a entrevistarlos.

«Es una madraza»

Dice que Ana Pastor es como una «vendedora hippie».

Es la persona más relajada del mundo, no como cuando aparece en pantalla, que está al acecho. El ceño lo tiene relajadísimo, ja, ja. Escucha y le interesa lo que le cuentas, no explica sus batallitas.

¿Cómo es como madre, amiga y pareja?

Es una madraza, siempre pendiente de su hijo y de la hija de Antonio, sin distinciones. Como amiga: divertida y sensible, siempre se ha interesado por mi sordera. Y como pareja no debería meterme, pero... muy competitiva.

Usted la llama 'Anuski'.

Eso es a la hippie, eh. Si me entrevistara ella a mí, la respetaría, nada de 'Anuski'.

¿Qué anécdotas se lleva?

Wyoming me dijo que le había sorprendido su capítulo, que no esperaba tanto de mí y le contesté que no sabía si era un insulto o un piropo; Jordi me siguió preguntando si había estado a gusto, era hospitalario hasta después de ir a verle. Antonio se reía de la fórmula de apostillar el texto y decía que claro, que yo tenía la última palabra...

¿Mantiene que Évole va de mosquita muerta y luego 'zas'?

Totalmente, es como los magos, te quitan el reloj y no sabes cómo. Se ve en sus programas. Pero conmigo fue cálido y me hizo sentir increíblemente bien. Acabé siguiéndole por las habitaciones porque se iba a cambiar de ropa para una cita y planchó una de sus famosas camisas conmigo.

¿Cómo consiguió que Iñaki Gabilondo le contase su cáncer o la muerte de su primera mujer?

Iñaki está por encima de muchas cosas. Al documentarme vi que no evita esos temas, así que le pregunté y me contó. No tanto detalles, sino lo que sintió y lo que le enseñaron esas situaciones límite.

¿Y a usted qué programa le gustaría hacer?

Sin duda, 'El intermedio', porque Wyoming me dejó muy claro que trabaja una hora y media al día.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios