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B. OLAIZOLA
Lunes, 19 de septiembre 2016, 00:54
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El Ritz de París acaba de obtener el reconocimiento de los World Travel Awards como mejor hotel urbano de Europa. La distinción, que viene a ser como el Oscar de la hostelería, constituye un reconocimiento explícito a la profunda remodelación del histórico establecimiento, que ha vuelto a abrir sus puertas este verano después de cuatro años de obras. El nuevo Ritz no ha perdido ni un ápice de su espíritu, pero ha experimentado una reforma a fondo que le permite plantar cara a los nuevos competidores que aspiran a desplazarle del pedestal que ocupa desde que fue inaugurado en junio de 1898.
Ubicado en la plaza Vendome, la zona más exclusiva de París, el Ritz lleva más de un siglo marcando la pauta de la concepción más refinada y lujosa de la hostelería. Abierto por el suizo César Ritz en colaboración con el cocinero Auguste Escoffier, fue el primer hotel del mundo que disponía de cuartos de baño, teléfono y electricidad. Por sus habitaciones han desfilado todas las grandes personalidades del siglo XX. Durante la ocupación nazi fue el cuartel general de la Lutwaffe. Tras la liberación de París, se convirtió en un símbolo de la buena vida y el lujo que aún perdura en el imaginario de muchas generaciones. La muerte en 1979 de Charles Ritz, hijo del fundador, abrió las puertas a un cambio en la propiedad: Mohamed Al-Fayed, dueño entonces de los grandes almacenes londinenses Harrods, se puso al frente del hotel.
Nuevas tecnologías
Apenas dos décadas más tarde, en 1997, el hijo de Al-Fayed, Dodi, moriría en accidente de coche junto a Diana de Gales después de que ambos hubiesen cenado en la suite imperial del Ritz. El hotel entró en el siglo XXI con algunos achaques derivados de unas infraestructuras concebidas cien años atrás. La remodelación acometida a partir de 2012, que ha supuesto una inversión de 400 millones de euros, renovó todas sus redes y las adaptó a las nuevas tecnologías. Eso sí, el Ritz no ha perdido su identidad: la decoración sigue siendo la quinta esencia de la concepción francesa del lujo en su acepción más clásica.
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