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Martes, 22 de noviembre 2016, 22:35
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El viaje que Meritxell Martorell, reportera del espacio de actualidad de Cuatro '21 días', hizo a Lesbos para hablar de los refugiados le cambió la vida. Allí conoció a Harud, un joven en busca de asilo del que se acabó enamorando. Más tarde el sueño se convirtió en pesadilla, ya que él acabó en la cárcel. Ella misma ha contado su experiencia en un relato escrito en primera persona en Vice titulado precisamente así: «Me enamoré de un refugiado y terminó en la cárcel». El objetivo de este texto, según ella misma, es concienciar al público de la delicada situación en la que viven estas familias.
Según publica ABC, todo comenzó en Lesbos, donde conoció a Harud, un joven del kurdistán iraquí que trabajaba en su país como periodista. Con él y un grupo de refugiados compartió el camino hasta Macedonia. En este trayecto, el autobús en el que viajaban se quedó varios días sitiado en una gasolinera abandonada, y allí compartieron largos días de conversaciones. Sin embargo, una mañana el autobús parte y Martorell, como ella misma cuenta, apenas tiene tiempo ni de despedirse de Harud. «No tengo ningún contacto, no sé nada de él, no le volveré a ver nunca más», escribe en Vice.
Ella continúa su reportaje en Idomeni, donde vuelven a cruzarse. «Entonces le doy el abrazo más sincero de toda mi vida», afirma en el sentido texto. En esa segunda despedida, tienen tiempo para intercambiar Facebook y Whatsapp y seguir en contacto.
Entonces Harud logra finalmente llegar a Alemania, tierra prometida de muchos refugiados, y Martorell, ni corta ni perezosa, decide comprarse un billete hasta el país germano «porque lo necesito, porque me apetece, lo voy a vivir sin cámaras ni reflexiones, sin entrevistas de por medio». Allí le compra algo de ropa y comida, pero entonces llega el momento de separarse por tercera vez.
Como ambos querían estar juntos y que la separación no se produjese nunca, decide llevarle en coche hasta Barcelona. «Llegamos a mi ciudad, drogados de ilusión y de desconocimiento, imprudentes e insensatos como nunca», afirma. Su familia se sorprende a ver a la nueva pareja de su hija, y tras volver a Madrid se da cuenta de que han cometido una ilegalidad. «La situación se nos ha ido de las manos. No sólo por incumplir las normas, sino porque ni siquiera nos conocemos. () No estamos enamorados, sólo que hemos maquillado de color rosa los momentos oscuros que nuestras mentes eran incapaces de aceptar», añade.
Por ello, Harud decide regresar a Alemania para seguir los cauces legales, pero es detenido en la frontera francesa y acaba en prisión. Martorell. Días después, Harud volvió a ponerse en contacto con ella para contarle que ha salido de la cárcel y ha logrado asilo en Francia, un país que le gusta más que Alemania. Aunque su historia de amor no tuvo un final feliz, sí lo tuvo la de Harud, que ha conseguido trabajo en Amnistía Internacional en Lyon.
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