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Juliana Awad, el día de la toma de posesión de Mauricio Macri.
Juliana Awada, la exitosa empresaria de moda que se convirtió en primera dama argentina

Juliana Awada, la exitosa empresaria de moda que se convirtió en primera dama argentina

Con un pasado profesional y académico brillante, el pasado de la mujer del presidente argentino Mauricio Macri incluye además en lo personal un matrimonio a los 23 años y una hija fruto de su relación con un conde

Marta Alonso Ron

Jueves, 23 de febrero 2017, 13:01

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Menos acostumbrados que sus colegas argentinos a seguir la estela de Juliana Awada (Buenos Aires, 1974), la prensa española se deleitó este miércoles con la presencia de la mujer del presidente argentino Mauricio Macri en su visita oficial a España. Su imagen, en comparación con la de la reina Letizia durante la recepción en el Palacio Real, acaparó rápidamente los flashes de los fotógrafos por su elegancia y cuidado aspecto.

Una vez más, la ya 'institucionalizada' costumbre analizar hasta el más mínimo detalle de todas aquellas féminas que se juntan a la Reina se repetía para saber quién eclipsaba a quién. Sin embargo, y sin que ello le reste buen gusto a la hora de elegir 'look', Juliana tiene tras de sí una vida profesional y personal que no debería quedar eclipsada por un vestido de la diseñadora argentina Amelia Sabán o unos zapatos de Valentino. Procedente de una rica familia sirio-libanesa afincada en Argentina, Awada era una exitosa empresaria de moda cuando se casó con Macri en el año 2010. Durante su juventud, se educó en los mejores centros y pasó una temporada en Oxford. Su primer matrimonio fue siendo ella muy joven. Tenía 23 años y se divorció diez años después. Posteriormente mantuvo una relación con un conde fruto de la cual tuvo a su hija.

Mauricio Macri y ella (13 años más joven) se conocieron en un exclusivo gimnasio de Buenos Aires y, desde que se convirtió en primera dama argentina, se supo adaptar a la perfección a ese papel de acompañante que desempeñan los maridos y esposas de los mandatarios pero que, en el caso de ellas, suele despertar más expectación entre la prensa del corazón. Amable, simpática y poco dada a las polémicas, Juliana ha parecido encajar a la perfección en el papel que ha asumido y su figura ha sido muy importante tanto en las campañas políticas de su marido como en sus actos oficiales. Pese a que sobre ella se ha llegado a decir que recurría a la explotación infantil para la elaboración de algunas prendas de sus marcas de moda, ese asunto llegó a los tribunales y finalmente fue absuelta. No obstante, no son pocos los que ven en esta familia ideal una fuente más de derroche para las arcar públicas argentinas.

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