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Viernes, 17 de marzo 2017, 11:33
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Más delgada. Casi tan joven como en sus tiempos de tele diaria, reaparece Cristina Blanco. La desaparecida vidente, en el pasado famosísima, que hizo mutis por el foro tras un escándalo que saltó a todos los medios relacionado con una presunta estafa, no había vuelto a dejarse ver, ni fotografiar. Su hijo, Miguel Ángel Muñoz, que la ha superado en fama por méritos propios, ya que se ha consolidado como actor y ha sido el hijo que todos querían tener tras su paso ganador por el primer MasterChef celebrity, cuenta que la desaparición de su madre tuvo que ver con él. Para no perjudicar su carrera, ella le dio carpetazo a la propia.
Ahora, según cuenta Diez Minutos la revista que acude el sábado al quiosco y que los lectores de EL COMERCIO y LA VOZ DE AVILÉS puden conseguir por solo 50 céntimos junto al periódico trabaja en el departamento de cosméticos de unos grandes almacenes. Vive en un barrio periférico de Madrid y está relajada y serena. Su vida discreta es uno de los temas de la revista, en la que también se habla de Alonso Caparros y su confesada adicción, ya superada, a las drogas. De Bigote Arrocet y su participación en Supervivientes y del éxito de Paula Echevarría en la entrega de los Fotogramas de Plata, donde lució bellísima al recoger el premio por su papel en Velvet.
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