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Johnny Depp, a su llegada, anoche, al Festival Internacional de Cine de San Sebastián. JOSÉ MARI LÓPEZ
Las estrellas salpican el cielo de San Sebastián

Las estrellas salpican el cielo de San Sebastián

Isabel Coixet recoge el Premio Nacional de Cinematografía y 'Patria' emociona hasta las lágrimas en el Zinemaldia

MITXEL EZQUIAGA

SAN SEBASTIÁN.

Domingo, 20 de septiembre 2020, 02:33

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Llegó al María Cristina pasadas las diez de la noche, después de varias maniobras de distracción para evitar que sus fans superaran las estrictas medidas de seguridad. Varias decenas de seguidores se habían acercado hasta las inmediaciones el hotel, pese a la lluvia, con la esperanza de ver al actor, pero la Ertzaintza les alejó cumpliendo el protocolo antivirus. Johnny Depp bajó del coche con mascarilla y se la quitó, eso sí, para saludar a las cámaras, parapetado tras sus gafas de sol, bajo una rotunda gorra y sonriente.

En condiciones normales, Depp habría encontrado un recibimiento multitudinario. En este año de pandemias y distancias llegó casi de tapadillo al Festival de Cine de San Sebastián. Y gracias a que ya se encontraba en Europa (Londres, según parece) y el viaje era así viable. La 'nueva normalidad' trae también un 'nuevo glamour'. Johnny Depp es una de las grandes estrellas de Hollywood, un actor que sale en las listas de los más ricos y de los más guapos alternativamente. Pero llega a Donostia en su faceta de productor, y además de filmes tan especiales como el que Julien Temple dedica al líder de The Pogues que hoy se estrena en el Kursaal.

En realidad, Depp conoce ya San Sebastián y el Zinemaldia. En 1998 se presentó casi 'escondido' por el añorado Diego Galán, y paseó por el casco viejo entre el anonimato y los fans que se preguntaban si ese tipo de pelo largo era quien parecía que era.

Lo mismo le pasa estos días a la gran Gina Gershon, tan seductora en la película de Allen. La actriz, uno de los pocos norteamericanos que se acercarán hasta Donostia en esta edición, se quedó encantada al descubrir que la mascarilla es aquí obligatoria. El viernes cumplió profesionalmente todos sus compromisos y en los ratos libres volvió a perderse por esta ciudad que tan bien conoció durante el rodaje.

El 'glamour' cercano suple al lejano. Un desembarco de cine español calentó la tarde antes de la llegada de Depp. El equipo de 'El verano que vivimos', la película que se estrena esta noche en el Victoria Eugenia en homenaje a los sanitarios, aterrizó en el festival en pequeños grupos. Blanca Suárez, Javier Rey y el músico Alejandro Sanz fueron desfilando ante las cámaras. Sanz es el autor de la canción de este filme, en el que una joven periodista destinada a la sección de esquelas en un periódico gallego acaba descubriendo toda una historia de amor. El cantante llegó con su pareja, la artista Rachel Valdés, y los dos salen mucho en la prensa de verdad, pero en páginas más amables. También Nerea Barros, que llega con 'La isla de las mentiras', y Bárbara Lennie, presente con 'Hermanas', pusieron salsa a un sábado marcado por unos chaparrones tan intensos como los que caen en la serie 'Patria'.

La serie ha conmovido a los espectadores y también a los propios intérpretes, que ayer desvelaban los emocionantes momentos vividos en el rodaje. Elena Irureta llegó a las lágrimas al recordar el rodaje de la secuencia en la que el personaje del 'Txato' es asesinado. Y después del «corten» el director y técnicos también se echaron a llorar. El reparto de 'Patria', tan grande, se ve desde lejos estos días por el festival. El viernes el pase completo de la serie empezó a las cuatro de la tarde y acabó con ovaciones a la una de la madrugada con todo el equipo artístico. En esta edición, en vez de 'troupe Almodóvar', tenemos 'cuadrilla Gabilondo', menos colorista pero muy auténtica.

Para auténtica, Isabel Coixet y su discurso huracanado en Tabakalera al recibir el Premio Nacional de Cinematografía. La entrega de ese galardón termina cada año en un cóctel donde 'todo' el cine español se cuenta las mejores maldades. Pero la pandemia también jugó ayer una mala pasada... completada por un ministro, Rodríguez Uribes, que no es la alegría de la huerta. La directora y guionista recibió el galardón dotado con 30.000 euros y cargó: «Incluso para los que la desprecian, la cultura es el futuro».

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