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EXPULSADO. Dani Navarro sentado ayer pensativo en un parque de Contrueces. / J. BILBAO
«No me he dopado, es una provocación», dice Vinokourov «Nos trataron como a delincuentes»
Ciclismo

«No me he dopado, es una provocación», dice Vinokourov «Nos trataron como a delincuentes»

Dani Navarro jamás olvidará su traumática salida del Tour. El gijonés se siente otra víctima del positivo de Vinokourov e insiste en la inocencia del kazajo porque «pasaba un control al día y sería de tontos doparse»

JAVIER BARRIO EFE

Jueves, 26 de julio 2007, 03:26

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Favorito en el Tour, positivo asegurado. Una fórmula que no falla. Pantani, Basso, Ullrich, Landis... La lista de ciclistas 'non gratos' en la ronda gala parece interminable y la de los equipos que se ven arrastrados por la vorágine del dopaje también. El Festina abrió la veda y el equipo Astana ha sido otro más en la lista. Más corredores que se quedan en la cuneta, que buscan la salida por la puerta de atrás. Y entre ellos, Dani Navarro. El gijonés vivió, sufrió anteayer, uno de los peores días de su vida. La presunta transfusión de Vinokourov oscureció el primer Tour del corredor de Contrueces y, de paso, le obligó a conocer de una 'bofetada' la cara oculta de la gran prueba francesa en los últimos años: «A la salida del hotel había más de cien periodistas. Nos empujaban y nos trataban como a delincuentes. Ha sido horrible. Creo que es algo que no podré olvidar nunca». Es el precio que se paga en el Tour por ser el compañero de rueda de un acusado.

La onda expansiva del positivo de 'Vino' ha abierto en el corazón del asturiano una herida que necesitará mucho tiempo para que cicatrice por completo. Desde la lejanía de su casa en Gijón, un poco más relajado, pero no mucho, Dani Navarro recapacitaba sobre el cambio que se ha producido en el Tour, una prueba que ha dejado de preocuparse por las victorias para dirigir su atención hacia el banquillo de los acusados. Una gran 'cazada' vale más que una gran victoria en el Tourmalet, y el kazajo era una buena pieza. «La salida del hotel fue escalofriante. Tranquilo que si gano una etapa no pasa eso seguro», se lamentaba el ciclista gijonés.

No exageraba. La persecución mediática a la que somete el Tour al equipo de un 'positivo' es desproporcionada y traumática. Por eso, Navarro se mostraba muy afectado, triste y, como él mismo reconocía, «descolocado». No en vano, la noche anterior había sido una pesadilla: «Me acosté a las tres de la mañana y no me dormí hasta las cuatro. No podía olvidarlo». Por si fuera poco, el corredor asturiano se enteró por un compañero de que la policía francesa le había preparado una redada en la noche del escándalo 'V' al Astana, un hecho al que el asturiano trataba de quitar importancia con un ácido «nos parecíamos a la Pantoja». Por suerte, Navarro ya se había marchado con un compañero rumbo a España y no tuvo que vivir otra terrible experiencia en el Tour.

Incomprensible

Sobre el desgraciado poseedor del nuevo positivo, Alexandre Vinokourov, Navarro se mostraba confiado en su inocencia por una cuestión de lógica aplastante: «Sería de tontos porque prácticamente tenía que pasar un control cada día. No lo entendería nadie». Es de sentido común, aunque en el ciclismo se han hecho cosas peores.

Paradójicamente, un 'positivo' ha oscurecido el futuro de Navarro. La continuidad del Astana es incierta, aunque el gijonés confía en superar el obstáculo creado por la maquinaria del Tour. «Parece que vamos a seguir porque he hablado con una auxiliar que está en una carrera en Italia con el equipo y me ha dicho que continúan. Además, hay muchos kazajos en el Astana. Pero, bueno, ya se verá». Alexandre Vinokourov negó haberse dopado y dijo ser víctima de una «nueva provocación». «No puedo creer que haya sido controlado positivo. Todo esto es falso. Creo que soy víctima de una nueva provocación. Esto es así desde hace meses y ahora llegan a derribarme», afirmó el kazajo al diario 'L'Équipe'.

Vinokourov afirma que el rendimiento del equipo Astana «ha provocado celos a mucha gente» que ahora se lo quiere «hacer pagar».

Positivo por transfusión sanguínea de otro donante, el kazajo dejó el Tour de Francia, al igual que el resto del equipo Astana, que se retiró de la competición a petición de los organizadores.

«Nunca me he dopado, no es la forma en la que considero mi oficio. Puede que sea un error debido a mi caída. He hablado con los médicos del equipo y han expresado una hipótesis según la cual podría haber habido un coagulo de sangre que pudo convertir en positivo el análisis. Quiero saber si mi caída no ha desequilibrado mi organismo», dijo.

El kazajo negó que su precipitada salida de la caravana del Tour sea una fuga y dijo que se marchó «lo antes posible» para reunirse con un hematólogo que le ayudará en su defensa.

«Es una pena dejar de esta forma el Tour de Francia, pero no quiero perder tiempo para aportar las pruebas de mi inocencia. Quiero que expliquen pronto a la gente que se trata de una tontería», aseguró Vinokourov.

«He escuchado en la radio que me había inyectado sangre de mi padre. Es absurdo, puedo decir que con su sangre hubiera sido controlado positivo por vodka», concluyó el ciclista del Astana.

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