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MANUEL ALCÁNTARA

Informes secretos

PPLL

Jueves, 26 de julio 2007, 03:32

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SE dice que la información es poder, sobre todo cuando se puede cobrarla. Ahora, con un cierto retraso, incluso mental, nos ha aparecido un espía del CNI que le vendía a Rusia identidades de sus compañeros. Un doble agente, de esos que acaban haciéndose un lío en las novelas de Le Carré. Como era sargento de la Guardia Civil no llevaba gabardina de exhibicionista, que es, junto a las gafas de sol, lo que caracteriza a los espías de los tebeos, que se ponen esas cosas para que nadie se pregunte cuál es su profesión.

Desde que terminó la guerra fría no oíamos hablar de 'topos', ni de 'infiltrados', pero está resucitando el vocabulario de otras épocas. 'El llanero solitario' regresa en la figura del atracador Jaime Giménez. Un tipo de mucho cuidado, que además de robar bancos mataba a quien se le ponía por delante y a los que estaban a su lado. Un esquizofrénico con una metralleta equivale a cincuenta monos con dos pistolas, pero éste, al que delataron sus andares, nos ha sorprendido al mostrarse afable con los policías. «¿Hola a todos, soy El Solitario. Salud españoles!», gritó a la salida del juzgado portugués.

Otra palabra que vuelve es 'apagón'. En la guerra civil, quizá para demostrar las pocas luces que tenían aquellos señores que decidieron solucionar sus problemas matándose mutuamente, la palabra 'apagón' era tan habitual como 'refugio', 'denuncia', 'paseo' o 'racionamiento'.

Los españoles se habían abonado a la guerra, lo que representa una desgracia mayor que la que supone que 10.000 abonados de Barcelona sigan aún sin electricidad. Siempre que las aguas bajan turbias terminan por aclararse. Pasa como con las informaciones secretas, que acaban siendo públicas. Las cosas que tienen solución, que no son todas, tardan mucho en solucionarse.

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