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DANIEL ROLDÁN
Sábado, 8 de septiembre 2007, 03:11
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Los jugadores de Israel se transforman cuando se ponen la camiseta con la estrella de David y lograron vengar a España. Vencieron a Croacia (80-75) en un gran partido en el que desquiciaron a los balcánicos y lograron, de paso, acariciar los cuartos de final. Una victoria contra Portugal les daría el pase, mientras que Croacia deberá ganar a dos huesos, como Grecia y Rusia, y esperar acontecimientos.
Los chavales de Zvi Sherf son un incordio. Desde el primero hasta el duodécimo están involucrados en todas las facetas. En defensa, realizan una individual asfixiante, pesada, donde las manos vuelan para cortar los pases a una velocidad de vértigo. Dentro tienen a dos pívots como Kozkaro y Green que luchan hasta lo imposible.
Green recuerda a los hermanos Reyes. Es bajo (206 centímetros) para ser un pívot, pero pelea cada balón. Se impuso en la pintura a dos moles como Kasun (215 centímetros) y Banac (217) y cerró el partido con 17 puntos y 16 rebotes. Su colega cogió otros 7 y encestó también 7 puntos, acompañados por una magistral dirección de Tapiro (11 puntos y 7 asistencias) y Roberts (15 puntos).
Rusia lo tuvo más fácil. El trío formado por Kirilenko, Khryapa y Pashutin bastó en la primera parte para que Rusia sumase su cuarta victoria consecutiva ante la débil aunque correosa Portugal (65-78), que no aguantó ni siquiera dos cuartos frente a los ex soviéticos, que no tuvieron que esforzarse demasiado para confirmar su gran superioridad. Lideró el triunfo Kirilenko (16 puntos y 4 rebotes).
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