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REGRESO. Manuel Preciado, junto a Gerard y Diego Castro, que realizan estiramientos. / J. BILBAO
El Sporting lleva las de perder
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El Sporting lleva las de perder

El club habla de animadversión por parte del estamento arbitral y teme que la presentación de alegaciones a la roja de Karanka y la amarilla de Pina «pase factura»

EDUARDO ALONSO ealonsoc@elcomerciodigital.com

Martes, 4 de diciembre 2007, 09:48

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Fue o no fue? ¿Karanka se enfundó el traje de matón para ajusticiar a un jugador del Granada 74, como creyó Pérez Lima, o simplemente se le fue un poco el brazo, como opinó el resto del mundo? ¿Actuaron Pina y Kike Mateo y se dejaron caer con el área o fueron derribados sin más miramientos? Tras el partido, debates, comentarios. ¿Fue o no fue roja? ¿Hubo o no dos penalitis? Las imágenes han resuelto que los rojiblancos fueron crucificados injustamente por un Pilatos vestido de negro en Motril.

Visto lo visto, el consejo de administración debería respirar confiado en que la Federación Española de Fútbol, al menos, no sancione al delantero vasco. Pérez Lima argumentó en el acta que Karanka «propinó un codazo en el rostro a un adversario cuando saltaban para disputar un balón». El club redactaba ayer las alegaciones al acta arbitral para evitar la sanción. Una vez completadas, hoy probablemente se remitan al Comité de Competición, junto con una prueba videográfica adicional. Pero, sólo probablemente, porque, como decían ayer desde el club, se teme que «pase factura». «A los colegiados no les gusta nada, nada que los corrijan», insistían.

Cuando las cosas no salen como uno quiere, el árbitro, en el fútbol, siempre es el mejor paraguas. Pero en Mareo hay indignación con los colegiados y con razón. Pero todo se cuece en voz baja. El problema es que se están equivocando mucho, demasiado. Sobre todo con el Sporting.Y siempre en contra. O casi siempre. «Atraco», «escándalo», «el árbitro ha medido con diferente rasero», «los consejeros se quejan de la expulsión de Vicente y la repetición del penalti»... Éstos fueron algunos los titulares con los que 'La Voz de Cádiz' abrió sus páginas al día siguiente del duelo entre rojiblancos y gaditanos. Quizás la única vez que el colegiado de turno barrió para casa.

Porque la animadversión que el estamento arbitral parece tener sobre el conjunto rojiblanco, que se disparó tras las críticas que desde el club se vertieron tiempo atrás, se traduce en actuaciones polémicas. Los colegiados están más que nunca bajo sospecha. Para analizar su turbia trayectoria con el Sporting basta analizar sus más reciente pifias.

Los olvidos en el área

Los árbitros no están teniendo el buen tino de señalar faltas a un lado y a otro, ni pitan todo lo que hay. Por ejemplo, los penaltis sobre Barral que no quisieron ver Mateu Lahoz y Pino Zamorano ante el Numancia y el Celta, respectivamente. De hecho, el primero incluso fue corregido por sus superiores, es decir, por Competición, que le retiró al delantero del Sporting la tarjeta amarilla que había recibido, supuestamente, por un 'piscinazo' que nunca existió. O la expulsión rigurosa de Sastre ante el Hércules. O...

De ahí que el tipo de jugada en el que se vio envuelto Karanka en Motril y la ausencia manifiesta de intención permiten al Sporting pensar en un dictamen favorable. Competición debe decidir hoy sobre la roja del vasco, la amarilla de Pina -«por dejarse caer al suelo simulando ser objeto de falta»- y las palabras de Manuel Preciado al término del encuentro, quien, según el árbitro, le dijo «¿eres muy hogareño, con la mano en el corazón, muy hogareño!».

Karanka no habló ayer al término de la sesión regenerativa en Mareo porque le aguardaba un compromiso familiar. Idéntico camino tomó Manuel Preciado, que, junto a Jorge Matabuena, abandonó a toda prisa Gijón en dirección a Santander. Sí lo hicieron en cambio Jorge Pina y Iñaki Tejada. El extremo lo tenía claro: «Hubo penalti, pero el árbitro no lo vio claro. Pero, contacto, sí que hubo». Y el segundo técnico rojiblanco, también. «Desde el banquillo parecieron claros. Piensas que árbitro, que está cerca, lo tiene que ver porque para eso es un profesional, pero... Además, yo conozco a mis jugadores y sus reacciones dejan claro que ellos sienten que les hacen penalti», apuntó el vasco, que tuvo que recoger el testigo que le dejó Manuel Preciado.

Todas las tensiones del partido, las frustraciones y la desesperación por el arbitraje del colegiado tinerfeño presagiaban unos comentarios explosivos. Pero no fue así. «Si nos centramos en unos hechos concretos, sabemos que salimos perjudicados. Pero sabemos que eso puede ocurrir», explicó Tejada, que no tuvo la menor intención de corroborar el tópico. El segundo rojiblanco quiso aparcar cualquier polémica con el estamento arbitral tras el rocambolesco desenlace del encuentro y pasó de puntillas. «¿Que si creo que las palabras de Preciado merecen una sanción? No», respondió tajante. «El acta que he leído no pone ningún insulto. Pero, si el árbitro se cree menospreciado, está en su derecho», concluyó.

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