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OTRA IMAGEN. La San Silvestre ovetense apostó por la popularidad en detrimento del espectáculo deportivo. / JESÚS DÍAZ
Correr por correr
Atletismo

Correr por correr

La prueba de la capital del Principado volvió a ser una de las de mayor participación con unos 2.50o atletas, en una edición en la que sus organizadores apostaron por un mayor carácter popular

C. S.

Jueves, 3 de enero 2008, 11:03

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La San Silvestre Ciudad de Oviedo comenzó una nueva etapa. Dejó a un lado el espectáculo de ver en sus calles a los mejores fondistas asturianos y apostó por una prueba popular y participativa. Y los ovetenses la respaldaron. Unos 2.500 deportistas participaron en esta edición, en la que, como es habitual, no faltó la prueba de patines y la de discapacitados, para cerrar con las carreras pedestres.

Los más pequeños y los ánimos de sus padres calentaron el ambiente. Aunque desde el principio todos sabían ya que este año lo principal no era la victoria.

«Lo importante es mantener la tradición. Es muy especial correr por el centro de la ciudad en estas fechas», comentaban los participantes antes de la salida, donde lucían con orgullo la camiseta conmemorativa de la carrera.

Con la impresionante decoración navideña de la calle de Uría al fondo, los cientos y cientos participantes se concentraron en a la altura de la plaza de La Escandalera. Hasta la música de ambiente animó al recorrido por las calles y unos minutos antes de lo previsto se dio la salida. Una inmensa columna de confeti así lo indicaba y la prueba poco a poco se puso en marcha. Varias charangas a lo largo del recorrido animaban a los participantes y la carrera adquiría más ambiente festivo que nunca.

Sin clasificaciones

Los primeros participantes no tardaron en llegar a la plaza de La Catedral, que así volvió a vivir su jornada más deportiva del año. Luis Díaz fue el vencedor oficiosa, ya que este año no hubo clasificaciones y tras él fueron llegando el resto de los participantes. Hasta el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo, José Suárez-Cachero, predicó con el ejemplo y consiguió finalizar la prueba, en la que quizás haciendo un guiño al fútbol lució un chándal de la selección brasileña.

Medallas de recuerdo para los más pequeños y una reparadora bebida al concluir la prueba fueron los únicos premios de esta edición, en la que se echaron de menos la participación en la carrera de muchas caras conocidas de la ciudad y en la que disminuyó de forma sensible el número de aficionados que siguieron la prueba 'reina' en sus calles.

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