«Enseño al alumno a pensar»

«Una meta de la educación es liberar a los estudiantes de hábitos mentales que no son críticos, que no cuestionan nada, para que así puedan desarrollar mejor la habilidad de pensar por sí mismos» (M.Lipman). El programa de Filosofía para Niños comienza en Asturias en 1998, el mismo año en el que empieza a participar José Manuel Gutiérrez. Actualmente es el presidente del Centro de Filosofía para Niños y forma a otros maestros para que impartan el programa.

-¿Cómo es el pensamiento de los niños?

-Los pensamientos de los niños son muy reales e intensamente presentes, tan reales como los muebles o los juguetes. Pero muchas veces imitan como papagayos los hábitos de los mayores, para quienes los pensamientos pueden considerarse hasta como fantasmas. Como resultado, los niños no hablan mucho sobre sus pensamientos, no porque éstos no sean vividos, sino porque tienden a tratarlos como si fueran irreales.

-¿Qué busca el programa Filosofía para niños?

-Ayudar a los niños y niñas a que actúen basándose en la realidad de sus propios pensamientos.

-¿Cómo puede usted contribuir a esto?

-Los diferentes modos de pensar deben ser bien recibidos en la familia y en la clase. También, los niños y niñas deberían ser estimulados a que compartan sus ideas con otros miembros de la clase, y los alumnos como grupo deben ser estimulados para ir construyendo en base a las ideas de los demás. Por este motivo, el diálogo constituye el centro de este programa. Durante un diálogo, el punto de vista de cada persona es bienvenido y reconocido como una posible fuente de verdad.

-¿Cuál es la labor fundamental de la escuela?

-Desde mi punto de vista es una labor primordialmente educativa para lograr el crecimiento de las personas a nivel afectivo e intelectual. Hoy por hoy muchas escuelas, por no decir todas, se mueven dentro de los parámetros de la instrucción cayendo en lo rutinario, alejadas del descubrimiento y la creatividad, propician bastante poco que los alumnos aprendan a pensar por sí mismos.