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P. M.
Jueves, 31 de enero 2008, 04:15
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«Estudiar y difundir la cultura asturiana en todos sus aspectos». Ese es el principal objetivo con el que nació el Instituto de Estudios Asturianos, hoy Real Instituto, bajo la presidencia de honor del Príncipe de Asturias. Creado en 1946, respondió su gestación «a la necesidad de contar en Asturias con un organismo público con personalidad jurídica, autonomía y patrimonio propio, pero dependiente de la Diputación Provincial de Oviedo y sometido su tutela económica», dedicado, efectivamente, «a la investigación y estudio de las distintas ramas del saber en la región».
Sus primeros pasos, los que dio la comisión gestora, se remontan a una jornada de verano de 1945, en que se acordó crear un centro que dedicase sus actividades, no sólo a la investigación y estudio, sino también a las publicaciones, «enseñanzas del acervo cultural de Asturias en su más amplia extensión». El 4 de agosto de 1946 se celebró su constitución en el Palacio Provincial, bajo la presidencia de honor de José María Fernández-Ladreda y Menéndez-Valdés.
Pertenecieron al esta institución intelectual, la de más raigambre del Principado, eminentes personalidades científicas como Ramón Menéndez Pidal, Claudio Sánchez Albornoz. Por sus filas pasaron Severo Ochoa, Ramón Pérez de Ayala, Juan Uría Ríu, Emilio Alarcos Llorach, Antonio García Bellido, Evaristo Valle, Paulino Vicente, Nicanor Piñole, Constantino Cabal, Melquiades Cabal y José María Patac de las Traviesas, entre otros muchos ilustres.
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