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E. ALONSO
Lunes, 11 de febrero 2008, 08:40
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Quini no podrá contar a nadie que presenció en la banda del Martínez Valero cómo al Sporting volvía a escapársele la victoria. Ni tan siquiera que vio por televisión la tristeza de unos rostros que, al término del encuentro, aún buscaban una explicación a lo ocurrido. Una nueva etapa de su enfermedad impidió lo primero. La falta de Canal + , pese a tener tele de pago -pero de otro tipo de pago, el de moneditas-, hizo que lo segundo fuera imposible. Pero en el Hospital Central de Asturias se jugó ayer el Elche-Sporting como si estuviera en el mismo campo ilicitano. Gracias a las ondas.
Con no demasiada buena cobertura y antes de que las auxiliares anunciaran con el ruido de sus carritos la hora de la comida, el delegado del Sporting pegó su oído al transistor. A la antigua. El viejo recurso de la radio permitió el alivio al 'Brujo'. Jugaba su Sporting y no podía dejar de 'empujar'. Pese a la distancia. Todos -enfermo, familia y visitas- pendientes de aquel pequeño aparato. Dos horas escasas de pasión, de lamentos más que de sorpresas.
No se sabe si sirvió para que los rojiblancos tuvieran un extra de apoyo, pero lo que está claro es que la otrora feliz compañía de la radio, el artefacto fiel que muchas veces resiste despierto una vez alcanzada la definitiva vigilia, le jugó ayer una mala pasada al 'Brujo', que brincó cuando Amoedo Chas pitó el primer penalti, se sobresaltó con el gol de 'Barri', perdió la sonrisa cuando Raúl Martín envió el balón al fondo de las mallas de Roberto y se dejó caer hasta el fondo de la cama tras el derribo de Cámara.
La salud del delegado ha sido el principal motivo de preocupación de la semana, por delante del resultado de Elche. Quini evoluciona positivamente, se encuentra en planta, se levanta, ingiere alimentos... Bromea como antaño. Tiene ánimo. Incluso para llamar a Manuel Preciado. Como hizo el sábado por la noche para interesarse por el equipo y los jugadores. El refugio del ex futbolista y, sobre todo, de la persona, ha sido su familia. Pero también todos aquellos que, de una u otra manera, le han transmitido su apoyo.
El club pone cada día sobre su mesa los mensajes de los internautas recibidos en la página web del club y en la de EL COMERCIO. Ha dicho que quiere guardarlos. Está sorprendido y emocionado por la respuesta. También recibe la prensa diaria y los mensajes institucionales -del Ayuntamiento de Gijón, por ejemplo- y de amigos, ex compañeros y simples aficionados que inundan las oficinas de Mareo.
La iniciativa adoptada por el club también ha calado en el 'Brujo'. Ver hoy en día un partido de fútbol es recibir una multiplicidad de mensajes. Pero sin duda uno caló este fin de semana con más fuerza. El 'Ahora, Quini, ahora' que lucieron todos los equipos del club en sus camisetas. Desde la primera plantilla hasta minibenjamines. Y, también, algunos otros, como los jugadores del Uni y el árbitro Enrique Mejuto en El Sardinero.
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