La mareona se moverá entre 'tapas' y fortalezas históricas

Ferrol despertará mañana teñida de rojiblanco. Con miles de 'forasteros' en sus calles. Los aficionados del Sporting inundarán las aceras y los establecimientos de esta localidad gallega desde primera hora. Y la carpa que el Sporting ha ubicado en los aledaños del estadio de A Malata será su cuartel general. También el punto de encuentro en el que estrecharán lazos con los ferrolanos.

Los más inquietos y los que se decidan a ir más allá de los límites que marcan los muros del estadio del conjunto gallego disfrutarán de una localidad que ofrece varias alternativas. Otras opciones para aprovechar el día y para deleitarse con los productos de la tierra.

En cuanto a la gastronomía de esta ciudad costera, los ferrolanos recomiendan para comer, sin dudarlo, el O'Parrulo -en la carretera de Catabois-, un restaurante que, curiosamente, patrocinaba al popular equipo que militaba en la división de oro del fútbol sala español. Salpicón de lubrigante, almejas y cigalas, lubina a la espalda y rodaballo a la gallega son algunos de sus reclamos. También tienen una amplia selección en carnes para los que no tengan especial predilección por el marisco y el pescado. Todo a un precio medio o, por lo menos, eso dicen.

Para los aficionados que no disfruten con una comida formal y con un menú de platos a la carta, la Plaza de Armas -lugar donde se encuentra el Ayuntamiento de Ferrol- es un hervidero de pequeños establecimientos de 'tapeo'. Allí, en pleno corazón de la localidad gallega, los aficionados podrán disfrutar de una agradable sobremesa por las distintas terrazas, después de coger fuerzas en la mesa.

Y quienes quieran dar un paso más allá y ahondar en la historia de Ferrol tienen cerca -a diez minutos en coche, en la zona de La Graña- los castillos de San Felipe y de La Palma. Estas fortificaciones se construyeron para proteger la localidad de posibles invasiones y ataques desde el mar.

Curiosamente, el Sporting pretende tomar mañana el campo de A Malata y llevarse un valioso botín, tres puntos. Pero, a diferencia de los ataques que realizaban hace siglos los piratas y las flotas enemigas, no cuentan con el factor sorpresa. Su ejercito es muy visible.