Borrar
Presente también en la ópera. La imagen pertenece al ensayo general de la función en Italia. / E. C.
Pelayo toma Italia
Ultima

Pelayo toma Italia

La ópera de Mercadante recuperada por el director gijonés Mariano Rivas se estrena mañana en el Festival de Martina Franca, en el Sur de Italia

M. F. A.

Viernes, 1 de agosto 2008, 04:32

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Un palacio ducal del siglo XVII, un libreto olvidado de Saverio Mercadante, una historia de amor entre la hija del Rey Pelayo y un príncipe árabe y un director gijonés poniendo orden en el Sur de Italia a un batiburrillo que bien podría ser argumento de una ópera. El palacio está en Martina Franca, una localidad italiana que cada año celebra un festival operístico que tiene entre sus objetivos recuperar títulos que no están en el repertorio habitual del bel canto, y será allí donde mañana (el domingo habrá otra función) se estrene, al aire libre y con las localidades agotadas, 'Pelayo' ('Pelagio'), la última de las óperas compuestas por Mercadante y recuperada por el maestro gijonés Mariano Rivas, que hizo todo el trabajo musicológico que permitió su estrenó dos siglos después en forma de concierto en el Teatro Jovellanos de Gijón en 2005.

Ahora, por fin, adquiere forma escénica de la mano del francés Jean Louis Pichon, director de L'Esplanade Opera de Saint-Etienne, y con la batuta musical del gijonés que la rescató. «Este festival es conocido por desempolvar obras del pasado que son injustamente olvidadas por la historia», relata Mariano Rivas desde Italia, entusiasmado con que por fin la pieza tenga escenografía y vestuario.

«Hemos tratado de buscar una forma simple de expresar las ideas de la guerra, del amor, de la violencia», señala Jean Louis Pichon, que explica que la representación se llevará a cabo sobre una única escenografía que irá evolucionando a medida que avance la ópera con ese objetivo de expresar el enfrentamiento de dos culturas que existían en la época de Pelayo y también hoy en día: «Se trata de mostrar que nuestros problemas políticos, nuestra cultura, nuestras tradiciones pueden hacer imposible la felicidad y el amor entre dos personas que se enamoran», relata el escenógrafo.

Esa escenografía se acompaña por un vestuario compuesto por unos 200 trajes, porque todos los personajes, salvo el de Pelayo, lucen entre dos o tres vestidos. En las ropas se ha buscado presentar esa misma dicotomía a la que aludía Pichon. Hay dos mundos: el árabe, colorido y con gran riqueza en las telas; el español, en tonos grises y negros. Se juega, igualmente, de esta forma con el pasado y el presente. «Jugamos a la oposición de dos estéticas contradictorias», señala Pichon.

Partir de cero

No ha tenido fácil el trabajo el reputado director de escena, puesto que tuvo que partir de la nada. Su primer contacto con la historia fue a través de Maximiano Valdés, que le habló de ella en Francia, y comenzó a trabajar sin ninguna referencia de la música. «Estuve en la situación de alguien que está haciendo ópera contemporánea», sostiene, y añade que en cualquier caso crear sin referencias previas es el sueño de cualquier director.

Entusiasmado con el resultado y con una composición que no acierta a entender por qué razón ha estado oculta tantos años, señala que la música de Mercadante tiene momentos brillantes, impresionantes y de una intensidad dramática fuera de toda duda.

Ese mismo entusiasmo es el que refleja Mariano Rivas, que afronta la dirección musical de la Orchestra Internazionale d'Italia, sin nervios, pero con la emoción de un padre que casa a su hija. «Siento el peso de la responsabilidad de la crítica, y estoy recibiendo correos electrónicos de gente de Estados Unidos, amantes de Mercadante que no pudieron ir a Gijón y van a estar aquí», dice. «Esta ópera es como un hijo para mí y verla representada en el palacio ducal me honra, es poner un granito de arena en la historia de la ópera italiana», añade.

El elenco que mañana dará vida a Palayo está formado por nombres como los de Constantino Finucci, Clara Polito, Danilo Formaggia y Giovanni Coletta, cuyas voces estarán acompañadas por las del Coro Eslovaco de Bratistava.

Después de estas dos representaciones, Pelayo seguirá luchando por volver a escena. Subraya Mariano Rivas que le encantaría que se pudiera escenificar en el patio de la Laboral, que lo ideal sería que se pudiera hacer una coproducción uniendo dineros asturianos y de algún otro teatro europeo, como L'Esplanade Opera de Sain-Ettienne que dirige Jean Louis Pichon. La voluntad del francés de hacer realidad este sueño también es firme. «Yo creo que sí se puede soñar con ver el Pelayo en Asturias», dice convencido. Antes, tomará Italia.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios