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AZAHARA VILLACORTA ALEJANDRO CARANTOÑA
Lunes, 11 de agosto 2008, 04:30
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M e encargan mis 600 mejores amigas Defensoras de Oviedo que denuncie en estas líneas que, desde que mi Carmencita Martínez Bordiú perdió la final de 'Mira quién baila' y a mi Luis Alfonso no lo coronan Rey de Francia, no se había urdido tropelía semejante a la que ahora el régimen democrático quiere cometer con la familia Franco Polo. ¿Pues no van y pretenden arrebatarles su residencia de verano de toda la vida de Dios? Pues voy yo y lo denuncio en este diario decano de Asturias. Sólo faltaría.
«Que el pazo no se devuelve y no se devuelve y punto en boca y arriba España», argumenta una del sector dialéctico dentro de la adhesión inquebrantable al Generalísimo. Y que «a ver si va a resultar ahora que los bienes conseguidos legalmente por nuestros Caudillos y gobernantes van a tener que ser del disfrute del público en general y del populacho en particular».
Yo, mis 600 mejores amigas Defensoras y la gente de orden que en el mundo somos sabemos además que la rumbosa oferta de Meirás fue financiada por suscripción totalmente popular y por expropiaciones completamente voluntarias. «Y que aquí nosotras celebramos bodas, bautizos y comuniones si queremos y si nos viene en gana. Ponlo ahí».
«Te lo cuento, Maruchi, porque casi le revientan la boda a Leticia Giménez Arnau como casi le arruinan la luna de miel a La Esteban. Y aquí siempre hubo clases. Que se empieza devolviendo el pazo y se termina llevando la yeguada de Gabino a la Fiscalía Anticorrupción y cargándose la unidad de la Patria. Y hasta ahí podíamos llegar».
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