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César Luis Zapico indica a Juan García las recomendaciones necesarias para realizar una conducción más eficiente y segura. / PALOMA UCHA
Gasolina a 85 céntimos
GIJÓN

Gasolina a 85 céntimos

La conducción eficiente permite reducir hasta un 20% el consumo de carburante, mejorar el mantenimiento del vehículo y disminuir la tensión al volante

J. ESCUDERO

Domingo, 6 de septiembre 2009, 04:28

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Un recorrido de 8,5 kilómetros por el alto de La Miranda, en la carretera AS-17 que une Avilés con Langreo. Trazado sinuoso, con continuas pendientes ascendentes y descendentes y tramos con límite de velocidad de 50 kilómetros por hora. Damos dos vueltas por esta ruta con un coche diésel. El primer paso lo hacemos a una velocidad media de 55 kilómetros por hora y con un consumo medio de 4,6 litros a los 100. El segundo, a 55,5 kilómetros por hora y un consumo de 3,6 litros a los 100. Y siempre con el aire acondicionado encendido. ¿Cómo se puede hacer el mismo recorrido en menos tiempo utilizando un 20% menos de combustible? La respuesta es simple: conducción eficiente.

Por segundo año consecutivo, la Agenda Local de la Energía, en colaboración con el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (Idae), la Consejería de Industria y Empleo y el Instituto de Formación, Logística y Transporte, ha puesto en marcha un curso de conducción eficiente destinado a particulares -con una duración de cinco horas- y a conductores de vehículos industriales -con siete horas de aprendizaje-. El objetivo de estas sesiones es transmitir aquellos trucos que posibilitan un ahorro de combustible y, por consiguiente, de dinero, una circunstancia que permite además una mejora sustancial de la calidad de conducción en numerosos aspectos.

«Estas técnicas no se enseñan en la autoescuela porque es algo más avanzado», señala César Luis Zapico, profesor de seguridad vial y uno de los monitores de estos cursos. La metodología de estas sesiones es completamente diferente a la de una clase de conducir. En primer lugar, los participantes en este curso -cuyo único requisito es estar en posesión del carné de conducir- realizan un recorrido en donde muestran al monitor su conducción. Tras anotar los resultados de la prueba y los posibles vicios del conductor, se regresa al lugar de salida y se vuelve a recorrer la misma ruta, esta vez siguiendo las indicaciones del monitor.

Es entonces cuando César Luis Zapico desvela sus secretos mejor guardados: las técnicas que permiten a los conductores obtener un mayor aprovechamiento del tanque de gasolina. «La gente está pagando a 1,08 euros el litro de gasolina, cuando utilizando la conducción eficiente sería como si nos costara a 85 céntimos. ¡Es una barbaridad!», exclama el monitor, quien refuerza su afirmación con datos más precisos: los camioneros que utilizan estas técnicas ahorran 6.000 euros al año sólo en combustible.

En bajas revoluciones

La principal clave para llevar a cabo la conducción eficiente es circular en la marcha más larga posible y a bajas revoluciones. Así, el cambio de primera a segunda se deberá hacer a los dos segundos o, de forma equivalente, tras recorrer unos seis metros. Posteriormente, los cambios de marcha se realizarán entre las 2.000 y las 2.500 revoluciones, en los motores de gasolina, y las 1.500 y las 2.000 revoluciones, en los motores diésel; por lo que la tercera se pondrá a partir de unos 30 kilómetros por hora; la cuarta, a 40, y la quinta, desde los 50.

En este sentido, también es importante mantener una velocidad uniforme y evitar las detenciones en la medida de lo posible, ya que la primera marcha es la que provoca un mayor consumo de carburante. «El freno gasta combustible, así que para reducir la velocidad lo mejor es bajar las marchas», explica Zapico. Utilizando esta técnica, hemos bajado el alto de La Miranda sin pisar el acelerador para aprovechar la energía cinética del coche y tocando solamente tres veces el freno. «Si vamos a más de 20 kilómetros por hora, con una marcha engranada y sin acelerar, el consumo de carburante es nulo», subraya el monitor. Y añade: «Lo normal es acelerar en las subidas y no en las bajadas».

Mientras César Luis Zapico realiza estas explicaciones, un coche nos adelanta en pleno descenso de La Miranda. Cien metros más adelante, tiene que frenar para tomar una curva, por lo que nos obliga a aminorar nuestra marcha para mantener la distancia de seguridad. «Son conductores de recta», se resigna el monitor.

Esta situación permite a Zapico introducir un tercer punto importante en la conducción eficiente: hay que circular con anticipación y previsión. «La carretera nos da mucha información si nos fijamos en las señales», comenta. Por ejemplo, un tramo en el que estén prohibidos los adelantamientos significa que llega una zona de curvas, por lo que tendremos que levantar el pie del acelerador; al igual que si vemos al coche de delante frenar. «Primero miro y luego actúo», insiste el monitor.

Frenos que duran más

Estas técnicas son la base de una conducción eficiente, que no sólo suponen una reducción del consumo de carburante y, por consiguiente, un ahorro de dinero y una menor emisión de dióxido de carbono. «Además, permite cuidar mejor el coche y a nosotros mismos, ya que facilita una conducción más relajada», incide Zapico. No obstante, entre los participantes en este curso surge la duda de que circular a pocas revoluciones sea bueno para el vehículo. La respuesta, una vez más, es contundente: «Si el cambio de marchas y el freno lo utilizamos poco, durarán más kilómetros y tendremos menos costes de mantenimiento».

Y si estas afirmaciones no surten efecto, el curso también incluye la conducción de un Hummer automático con el objetivo de comprobar cómo la centralita de este vehículo sigue estas técnicas para ahorrar carburante a la hora de cambiar de marcha.

El resultado de este curso salta a la vista, ya que los conductores salen con una visión totalmente diferente de lo que supone una conducción eficiente y segura. «Me apunté porque resulta interesante cómo bajar consumos y, así, cuidar más el coche», indica Juan García, quien tras la clase ha borrado muchos de sus prejuicios al volante. En el caso de Laura Prendes, es la segunda vez que realiza este curso y ya ha adoptado algunas de estas técnicas. «Mis hijas me echan la bronca por ir en cuarta por una glorieta», comenta entre risas.

Pero el aprendizaje no termina con el fin de la clase. «El conductor debe asimilar estos trucos en el día a día», concluye Zapico.

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