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La extraña construcción aparecida en la arena.
Un depósito de agua que los bañistas usaban de asiento

Un depósito de agua que los bañistas usaban de asiento

Pilar Robles, de 93 años, rememora el buen uso que dio en la década de los 30 a la ruina circular aparecida entre las escaleras 3 y 4

Adrián Ausin

Sábado, 17 de mayo 2014, 17:42

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«Nosti, ¿qué ye esto? No sé, lleva aquí toda la vida». La conversación sobre la misteriosa ruina circular asomada estos días entre las escaleras 3 y 4 de San Lorenzo, frente al antiguo balneario de La Favorita, no data de esta semana, sino de los años 30. La protagonizaron Pilar Robles, hija del afamado dramaturgo Pachín de Melás, y su marido Joaquín Nosti, quien fue presidente de la Junta del Puerto y de la Federación Asturiana de Natación. Ambos nacieron y crecieron a los pies de la playa y ambos convivieron en aquellos años con aquella estructura que ya entonces aparecía y desaparecía por temporadas al albur de las mareas. Lo rememoró ayer para EL COMERCIO Pilar Robles a sus lúcidos 93 años, quien se recuerda a sí misma, sin dudar, sentada sobre aquel (presunto) depósito de aguas cuando asomaba sobre la arena «a la altura de una silla». Tan cómodo era que lo utilizó como banco en los años 30 y 40, de moza y de casada, «hasta que un buen día no se volvió a ver más».

¿Y cómo era? Robles lo define, e incluso lo dibuja, al detalle. Circular, de ladrillo y cemento, hueco, con un cierre superior y una tubería de unos 20 centímetros de diámetro que salía de su base hacia el Muro, sin que se apreciara una conexión con La Favorita.

EL COMERCIO certificó ayer dos datos más: un diámetro de dos metros y una base interna, oculta por la arena, de cerámica blanca y azul.

El testimonio de esta nonagenaria avala la tesis del depósito de agua aunque, dada su reducida altura, tal podría funcionar como arqueta intermedia de una conducción. La estructura aflorada a unos 18 metros del Muro provocó la sorpresa de estudiosos del pasado de la ciudad, como Janel Cuesta, Ramón Alvargonzález o Modesto Fernández, autor del blog 'Gijón en el recuerdo', quien tampoco tenía ayer constancia alguna de esta estructura.

Durante la mañana, en la bajamar, un goteo continuo de curiosos merodeó el enigmático círculo, lo fotografió y emitió sus sentencias: «Llevo 40 años viniendo a diario y nunca lo vi». «Esto la chimenea no ye». «Podía ser un jacuzzi para tomar baños de agua y ocle». La última teoría, plausible por la cuidada estética de la estructura, con su base de azulejo, la contradice la memoria histórica de una testigo llamada Pilar Robles y la falta de testimonios hablados o escritos que la refieran.

Una fotografía, tomada en junio de 1933 desde la Escalerona en fase constructiva, muestra una estructura circular separada unos metros del balneario de La Favorita. Pilar se sentaba sobre ella en aquellos años. Casi un siglo después, los gijoneses observan curiosos su interior.

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