Un Arcu con forma de escaparate

«Nos sobran los motivos para ser optimistas de cara al futuro». Carlos Rubiera, concejal de Educación y Cultura, además de ideólogo del Festival Arcu Atlánticu, presentó ayer la tercera edición de este certamen ante una abarrotada plaza Mayor, en la que se dieron cita la alcaldesa, Carmen Moriyón, además de los concejales del equipo de gobierno Rafael Felgueroso y Lucía García, y el popular Francisco Rodríguez Cubiella, entre otros.

Lució veraniega la plaza, pese al mal augurio del mediodía, cuando, debido a la nubosidad -e incluso al ligero orbayu-, tuvieron que suspenderse los ensayos del IX Festival Aéreo de Gijón. A última hora de la tarde, el ambiente era totalmente de verano, una época que, anotó Rubiera, ha visto asentarse al Arcu Atlánticu entre sus grandes eventos. «Ha tenido una acogida popular extraordinaria. En tan solo dos años y con un coste asumible para nuestro Ayuntamiento», apuntó el edil, que, de todas formas, se mostró cauto dada la juventud del certamen: «Las dos ediciones celebradas hasta el momento, más esta tercera que ahora empieza, siguen siendo un período demasiado breve como para valorar en su justa medida la trascendencia del festival». Eso sí, como viene siendo habitual, insistió en la idea de un Arcu Atlánticu como «escaparate internacional donde dar a conocer lo mucho y bueno que entre todos podemos ofrecer al mundo».

Como previa a la música de la banda de música de Gijón, que antes ya había interpretado dos piezas, y los cantos de la Pícola Piloñeta, que cantó de forma brillante la adaptación de 'Neñu celta', Rubiera anunció la firma del convenio de colaboración «multilateral» con otras quince ciudades del suroeste francés y del norte de España y Portugal, que servirá para poner en marcha el camino cultural atlántico. «Se trata de una alternativa al turismo mediterráneo, que atraerá a miles de visitantes europeos y de otras latitudes», destacó Rubiera, quien aclaró también que, «en mitad de dicho camino, estaremos nosotros, los gijoneses, con nuestro Festival Arcu Atlánticu, el Jardín Botánico y la fiesta de la sidra, entre otros muchos atractivos, a los que se pueden añadir los que ofrecen nuestros convecinos del resto de Asturias».

Con esta tercera edición, arranca un programa cargado de actividades vinculado a los intercambios culturales y económicos, en el que también participan los concejos de Cabrales, Cangas de Onís, Nava, Ribadesella, Siero y Villaviciosa, cuyos representantes institucionales también se dieron cita en la plaza Mayor.

Una mirada al norte

Carlos Rubiera recordó también la historia que vincula a Europa con el puerto de El Musel a través de sus constantes intercambios culturales y económicos, que sirvieron, dijo, para impulsar a la sociedad gijonesa en particular y asturiana en general. «Esta mirada al norte que propone e impulsa nuestro festival se basa en una larga tradición europeísta. Los libros y las ideas de la ilustración, los técnicos y artistas que hicieron posible el desarrollo de una pujante industria en nuestra ciudad, y las locomotoras que impulsaron nuestros primeros trenes de mercancías y pasajeros, por poner algunos ejemplos, llegaron a Asturias procedentes de la Europa atlántica a través de nuestro puerto».

La amplia programación del festival, que se extenderá hasta el próximo 3 de agosto, comenzó ayer, además de con la citada inauguración, con el concierto de Buille, una banda de folk irlandesa. La gastronomía tendrá también su peso, con unas jornadas en las que participan diez restaurantes del concejo. Ofrecen menús cuyos precios oscilan entre los 12 y 37 euros. También un desayuno por 4,30 euros.