«Nunca hubo crisis con la FSA»

Puntual como un reloj suizo y portando una amplia sonrisa, Pedro Sánchez apareció en la puerta de la Fidma . Intercambió multitud de saludos y se saltó el protocolo para atender la llamada de uno de los manifestantes que le entregó un papel sobre la situación de algunas empresas asturianas en problemas. No torció el rictus ni un solo momento. Ni tan siquiera cuando llegó el coche oficial con Javier Fernández. Allí, entre los flashes de los fotógrafos se fundió en un abrazo con el que pretendió sellar en público la paz entre la dirección nacional y la Federación Socialista Asturiana, después de la controversia originada en el marco del pasado congreso. Sánchez no quiere lastres en las alforjas y menos cuando apenas ha iniciado el camino como secretario general. Quizás, eso fue lo que motivó que aceptara la invitación del Principado y decidiese aplazar un viaje a Almería junto a su familia para acompañar en Gijón a Fernández. Los gestos en política, en ocasiones, son tan importantes como las palabras. Por eso no escatimó sonrisas pero tampoco elogios verbales. Todos dedicados a la figura del presidente asturiano. «Si hay un referente dentro del socialismo español, y él lo sabe, ese es Javier Fernández», aseguró el nuevo líder del PSOE, que negó de forma rotunda que haya habido controversia alguna o crisis.

«Nunca la hubo», respondió a las preguntas de los periodistas. «Lo que ha habido siempre es confianza», apostilló. No fue más allá. Evitó de forma cortés las cuestiones que hacían referencia a las críticas de los socialistas asturianos y que enturbiaron el congreso de su proclamación, al igual que rechazó que se pueda hablar en algún momento de agravio con respecto a la presidenta andaluza, Susana Díaz, quien se quedará con el cargo que ambicionaba Fernández.

Sin abandonar la elegancia en su discurso, optó por conducir sus mensajes por los Cerros de Úbeda. «Estoy agradecido por la invitación y sobre todo porque haya una apuesta por la economía, por la empresa y por el empleo», expuso tras ser interrogado por un posible menosprecio a los socialistas asturianos. Habló del turismo empresarial y de negocios y recordó que el PSOE, durante su etapa como concejal en Madrid, había abonado ese mismo terreno para convertir la capital en una referencia internacional.

«Es un referente»

Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos por diluir la polémica, todas las preguntas hablaban de Javier Fernández. «Es un referente político», repitió en varias ocasiones. «Lo es para los socialistas y para mí, como secretario general, en particular», precisó. Desde el lunes, Sánchez y su entorno se han afanado es desmontar la tesis que sostiene que la Comisión para la Transición Industrial y Energética fue creada para acomodar a Javier Fernández en la ejecutiva. Ayer, en Gijón, no fue una excepción. El secretario general del PSOE afirma que este organismo tendrá una «gran importancia política» dentro de los planes del partido para construir una alternativa económica.

«Apostamos por la reindustrialización de nuestra economía y la transición energética», señaló ante los medios. Para hacer esa apuesta real, la dirección ha pensado, según sus palabras, «en el mejor». «Es un honor que se vaya a constituir esa comisión y que sea una persona de la envergadura y la altura de Javier Fernández quien lo coordine», añadió. Manifestaciones con las que cierra una semana convulsa y que pretenden restañar las heridas abiertas en el marco del pasado conclave socialista.