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La conductora juzgada, ayer, a la salida del juicio.
Rebajan la pena para la responsable del accidente mortal de Montevil en 2012

Rebajan la pena para la responsable del accidente mortal de Montevil en 2012

Diego murió tras salir despedido por la luna trasera e impactar contra el asfalto en la calle Velázquez

Olaya Suárez

Viernes, 27 de febrero 2015, 00:32

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«Diego por supuesto que llevaba el cinturón de seguridad, acabábamos de llegar de la autopista, ¿cómo iba a ir suelto en el coche? Siempre velamos por la seguridad de nuestros hijos». El testimonio del padre del adolescente de 13 años que falleció en septiembre de 2012 en Montevil en un accidente de tráfico fue reflejo de la tristeza que vive la familia desde que la fatalidad se cruzó en su camino.

Ayer, dos años y medio después, la conductora acusada de provocar el accidente, les pidió perdón en los pasillos del juzgado, justo antes de que empezase el juicio en el Penal 1. Durante todo el periodo de duelo no se había puesto en contacto con estos vecinos de Cabranes, con cuyo coche colisionó mientras conducía bajo los efectos del alcohol -dio 0,83 miligramos de alcohol por litro de aire - y a una velocidad muy superior a la permitida, en torno a los 90 kilómetros por hora. Diego murió tras salir despedido por la luna trasera e impactar contra el asfalto en la calle Velázquez.

Ese perdón, sin embargo, fue tenido en cuenta por el ministerio fiscal para rebajar la pena a la procesada, de los 3 años y 3 meses iniciales a los dos años y medio. La acusación pública considera que los hechos son constitutivos de un delito de homicidio por imprudencia grave, de lesiones por imprudencia grave, y de conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas. Solicita además la privicación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores durante un periodo de cinco años y el abono de indemnizaciones que suman más de 148.000 euros, al añadirse durante el juicio una indemnización para otro hermano del fallecido, que no iba en el coche en el momento del siniestro.

Según el fiscal, la colisión nunca se hubiera producido si la acusada hubiera circulado a la velocidad reglamentaria. Por otro lado, el impacto se vio favorecido por el hecho de que la acusada había ingerido alcohol, lo que disminuía su capacidad de conducción. «Al ver la maniobra del otro coche, no reaccionó ni frenando ni cambiando la dirección para evitar o minorar las consecuencias del choque», mantuvo la fiscalía. El monovolumen en el que circulaba la familia se disponía a incorporarse a la calle Badajoz desde la calle Veláquez. El juicio quedó visto para sentencia.

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