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Ramón Escribano, ayer, en la redacción de EL COMERCIO.
«Es un gran error no haber defendido la centralidad del ferrocarril en Gijón»

«Es un gran error no haber defendido la centralidad del ferrocarril en Gijón»

expresidente del Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF, antecesor de Adif), fue uno de los promotores del plan de soterramiento de las vías hace quince años. Escribano, que en la actualidad reside en Gijón, asegura rotundo que el proyecto perdió su filosofía inicial al renunciar a la centralidad de la estación y a la intermodalidad

Marco Menéndez

Sábado, 7 de marzo 2015, 00:54

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Ocupó los más altos cargos en Renfe y el Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF), donde llegó a ser presidente. Estuvo en el inicio del proyecto del metrotrén y la integración del ferrocarril en la ciudad. Desde hace unos años, este madrileño jubilado vive en Gijón y cree que se ha perdido la filosofía de aquel plan que se basaba en la centralidad y la intermodalidad del transporte público. Hoy rompe su silencio sobre el plan de vías después de más de diez años.

¿Cómo surgió la idea del metrotrén en Gijón?

Fue al tiempo del proyecto de la estación de Llamaquique, en Oviedo. Yo era director general de Infraestructuras de Renfe y en el año 2000 se nos encomendó buscar una solución para Gijón y mejorar la accesibilidad y las consecuencias del tráfico en la ciudad. En una reunión, a alguien se le ocurrió el nombre de metrotrén.

¿De qué partía la idea del proyecto?

El embrión fue partir de la base de que la unificación de estaciones ya estaba hecha, con Feve y Renfe en El Humedal, transformarla para que por un lado tuvieran cabida el transporte urbano y los autobuses, con una filosofía similar a la de Madrid de servicios regionales, y en una plataforma inferior estarían los accesos a la alta velocidad, con Renfe y Feve.

¿Cómo se pensó el recorrido que debería tener el túnel del metrotrén?

Pensamos que la mejor opción era un túnel que llegase a lo que creíamos en aquel momento los centros vitales para Gijón, que eran la Laboral y el Hospital de Cabueñes. Hicimos un esquema y lo enviamos a Fomento, que entonces ya estaba de ministro Álvarez-Cascos.

¿Y después?

Se hizo cargo del proyecto la Dirección General de Ferrocarriles. Pero insisto en que todo se basaba en dos pilares: la centralidad, que era fundamental, y la intermodalidad. Hay gente que no lo entiende, pero la intermodalidad es el futuro, no es competencia. Siempre defendimos que los autobuses también estuvieran allí.

Pero no se llevó a cabo...

Yo ya no estaba con el proyecto, pero parece ser que los estudios que se hicieron indicaron que la solución de El Humedal era compleja y que, incluso, podía causar problemas. Además, empezaron con el túnel e ignoro por qué el proyecto original se dejó al margen.

Ahora Gijón tiene una estación provisional alejada del centro...

La solución no es un ferrocarril alejado con una estación de autobuses a un kilómetro. Eso disuade al usuario. Mi opinión es que se ha perdido la idea de que este es un proyecto ferroviario y que el urbanismo es colateral. Era una forma de allegar fondos, pero no el objetivo. También se ha perdido la oportunidad de contar con un operador comercial, que explotase los locales de la estación, incluso con un centro de negocios y un hotel, como ocurre en otras ciudades, como Málaga, Bilbao, Zaragoza, Madrid y Barcelona. Esos fueron los pilares que movieron el diseño de la operación y son los que echo de menos.

¿Cuál puede ser la solución?

Hay que decir a los gestores que sean coherentes con la historia que nos han contado. Nos han dicho que la estación era provisional y que iba a estar lo más centralizada posible. Ahora resulta que no va a ser así. Me da lo mismo quién lo proponga, pero si recuperamos la centralidad y somos capaces de hacerlo intermodalmente, estamos haciendo ferrocarril y también estamos haciendo ciudad. ¡Qué gran error no haber defendido la centralidad del ferrocarril en Gijón! Bendito aquel que mueva una sola lanza, que vierta una sola palabra, en favor de recuperar la centralidad. Desde aquí, como gijonés, le doy las gracias.

Pero es que ahora se va más lejos y ya se empieza a decir que la estación provisional llegará a ser la definitiva...

Eso es lo que me dejó perplejo. Me siento en deuda con los vecinos y alguien tenía que salir a decir esto. Soy un defensor de la centralidad y de la intermodalidad acérrimo y convencido, y de ahí no me va a sacar nadie. Creo que es un gran error sacar las estaciones del centro de las ciudades. La pena es que en Gijón no estuviera más en el centro.

Con el planteamiento que hay ahora, parece que el túnel del metrotrén podría quedar inconcluso, ¿no cree?

Hay que sacar adelante una oportunidad como es el túnel. Yo era partidario de que fuera Renfe quien lo utilizara, porque cumplía con la función de enlazar Asturias con España, ya que Feve es muy local. Pero ahora hay un túnel que no sirve para nada. Si al menos se cultivasen champiñones se podría pagar el mantenimiento, del mal el menos, pero es que ni eso.

¿Qué propone usted para relanzar todo este proyecto?

Hay veces que hay que tomarse una pausa. No sé si es el momento de que todos esos padres de la patria que se reúnen en Gijón al Norte se tomaran un poco de tiempo para pensar ¿qué pasa si estudiamos alguna propuesta que permita recuperar la filosofía del proyecto? Es decir, la centralidad, la intermodalidad y buscar soluciones económicas que la hagan viable.

Al menos, parece que los gijoneses empiezan a exigir soluciones, con la creación de una plataforma ciudadana. ¿Qué le parece?

Lo que le diría a la plataforma es que diga lo que quiere. No vale con decir: dígame usted algo. No, tiene que decir lo que quiere, ser valiente, como lo estoy diciendo yo ahora. Creo que ahora se habla de volver a una estación cerca del museo, ¿por qué no? Si hay alguna actuación que permita aprovechar el túnel y volver a recuperar la centralidad perdida, hágase. Será en beneficio de los ciudadanos y del ferrocarril. Alguien se está equivocando y debería tomarse un punto de reflexión. La falta de visión de futuro es lo que provoca despilfarros. Yo quiero la centralidad y la intermodalidad, un ferrocarril y unos autobuses que me sirvan, un buen transporte público que me venga a buscar, y cuanto más cerca de la puerta de casa mejor.

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