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NACHO PRIETO
Lunes, 30 de marzo 2015, 00:21
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Cuando el pasado viernes una roca desprendida de la ladera de Torres traspasó la techumbre de un garaje de El Muselín, ninguno de los moradores de la vivienda anexa se encontraba en la casa, de forma que el susto y el disgusto llegaron cuando ya todo había pasado. Sin embargo, Marta Molina, la madre de familia, dice que «tuvo que haber sido horrible» porque «el coche y la moto, al menos, parecen una acordeón bajo la piedra. No sé si la autocaravana, que quedó menos afectada, se podrá recuperar, pero los daños han sido muy importantes».
Cuantificarlos es aún tarea pendiente, en la que a partir de hoy participarán los peritos. También está sin decidir si las víctimas del argayo pedirán algún tipo de responsabilidad al Ayuntamiento, ya que el riesgo había sido detectado en un estudio geológico encargado por el equipo de gobierno municipal, como ayer puso de manifiesto el candidato del PSOE a la Alcaldía en las elecciones del próximo mayo, José María Pérez. Los socialistas acusan a la alcaldesa de estar «más pendiente de buscar proyectos faraónicos para las elecciones que de gobernar para las personas».
Reducir riesgos
Marta Molina, vecina de El Muselín desde hace sesenta años, asegura que ese barrio es su vida y que no tiene miedo por dormir en una ladera cuya estabilidad ha sido más de una vez cuestionada. Pero eso no significa que dé por bueno que las cosas sigan como hasta ahora. «En 60 años no nos dejaron hacer nada, salvo pintar y obras menores, así que hay una necesidad importante de mantenimiento en todo el barrio». Del incidente del pasado viernes, Molina culpa, especialmente, a esas circunstancias y a las lluvias abundantes de los últimos días.
Una amplia enumeración de los argayos ocurridos recientemente en toda Asturias y en parte de la Cornisa Cantábrica sirve a los habitantes de El Muselín y a su presidente vecinal, Ángel Piñera, para aferrarse a la idea de que no hay motivo de alarma; pero, junto a esa confianza, Piñera expresa la reivindicación de que se adopten todas las medidas técnicas disponibles para reducir los riesgos, sobre los que ya están advertidos tanto en la zona del siniestro como en la que denominan el Castillete. Para ello emplazan a los responsables municipales.
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