Los empresarios acogen de buen grado impartir clases en másteres de la Politécnica

Era la segunda cita que la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón concertaba con su Sociedad de Partners y Juan Carlos Campo rompió los esquemas de más de uno exhibiendo ante lo más florido del empresariado asturiano todo un abanico de posibilidades para ahondar en la relación entre sus colaboradores empresariales y el centro universitario gijonés. Brillante, organizado y ambicioso, el nuevo director de la Politécnica calificó de «agotado» el modelo de patrocinar premios y becas, y habló de actividades de impacto, como Motostudent o Formulastudent, de menos impacto, como las conferencias, y hasta de la creación de una plataforma informática, que llamó de recuperación de talento, pero lo que, sin duda, encandiló al tejido empresarial asturiano presente en el Patio Corintio de la Laboral fue la puerta que le abrió a las aulas de los másteres de la Politécnica.

«Los másteres en Ingeniería Industrial, de Telecomunicación y de Informática son extremadamente importantes para la escuela y para la sociedad, porque sin ellos no salen ingenieros industriales, de 'teleco' o de informática al mundo laboral», comenzó Campo, a modo de presentación, para exponer a renglón seguido la necesidad de que cada una de las empresas presentes pusiesen su sello en «la mejora de nuestras titulaciones». Impronta que podría tener dos recorridos: la impartición de clases, conferencias o seminarios a los alumnos de máster o las prácticas remuneradas, tanto para alumnos españoles como para extranjeros. «Para nuestros titulados es muy bueno que conozcan de cerca a los profesionales con los que se van a codear en cuanto salgan de la Universidad y que aprendan de ellos cómo funciona el mundo laboral», expuso el director de la Politécnica, poco antes de añadir que los planes de estudios que la escuela confeccionó para los másteres, que Campo definió como «el segundo ciclo de los estudios de antes» recoge «perfectamente» la presencia empresarial en las aulas. «Los cursos pueden ser técnicos, pero también pueden no serlo, porque uno de 'coaching' nos vendría muy bien», apostilló a modo de ejemplo.

Patrocinio en las aulas

La Universidad de Oviedo contempla una financiación adicional de 250 euros más al año para las clases de un profesor visitante, cantidad a todas luces insuficiente para un máster reglado, razón por la cual la Escuela Politécnica de Ingeniería recurre al patrocinio de su Sociedad de Partners para «mejorar la formación de nuestros titulados». Y en esa mejora incluye las prácticas del segundo semestre. En este caso, remuneradas.

«Los alumnos, de sexto curso, son la 'creme de la creme' de los estudiantes, son maduros y capaces ya de realizar un trabajo de entidad», defendió Juan Carlos Campo, consciente de que las cuestiones monetarias alertan en exceso a los empresarios, razón por la cual, probablemente, añadió que «son personas exclusivas y sólo necesitamos que acepten a uno, no a cien. Sabemos que están muy presionados por las prácticas de grado, pero importa más la calidad que la cantidad». Los empresarios no perdieron tiempo en respaldar la iniciativa de volver a las aulas universitarias, pero no dejaron, en cambio, resquicios visibles a las prácticas remuneradas. Lo que también obtuvo una buena acogida, sobre todo entre las grandes empresas, es la creación de una plataforma informática donde localizar «a los muchos titulados excepcionales que tenemos trabajando en el extranjero. Algunos no son fáciles de recuperar, porque están bien asentados, pero es una sangría que queremos cortar», condensó el director de la Politécnica ante un auditorio entregado a sus planteamientos.