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Trabajadores de Cabueñes y vecinos apoyan que se limiten las visitas al hospital

Dicen que es habitual que haya diez personas en una habitación, mientras la FAV matiza: «Muchos familiares suplen tareas por falta de personal»

e. c.

Martes, 28 de abril 2015, 00:33

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La propuesta de regular las visitas a pacientes ingresados en Cabueñes, medida adelantada ayer por EL COMERCIO y que figura en el Plan Funcional de ampliación del hospital, ha concitado inicialmente el apoyo de trabajadores y vecinos. Tanto la Junta de Personal del centro, como la Federación de Asociaciones de Vecinos (FAV) de Gijón, ésta última con matices, ven con buenos ojos que se establezca algún tipo de medida que permita limitar el número de personas presentes en una habitación. Maite Puertas, presidenta de la Junta de Personal del Hospital de Cabueñes y enfermera de profesión, entiende que «se quiera visitar a un enfermo, pero que haya mucha gente en una habitación no es bueno ni para el paciente ni para nosotros, que no podemos trabajar en condiciones». Esta profesional, que conoció como usuaria el sistema de tarjeta de visita en Cabueñes, asegura que es bastante habitual «encontrar una habitación con diez personas o más. Ni qué decir cuando hay camas supletorias y, por tanto, son tres los enfermos hospitalizados. Ahí ya es un sindiós».

El hospital gijonés dispone de un horario de visita que empieza a las 12.30 y culmina a las 20 horas (en verano suele prolongarse hasta las nueve de la noche). Sin embargo, «pocos lo respetan», por lo que el deambular de familiares, amigos y allegados es constante «en cualquier horario. Incluso entrada la noche». Como norma general se entiende que debería haber solo dos visitas por paciente a la vez. Pero esta regla, popularizada hace años aunque no figura en ningún convenio hospitalario, tampoco se cumple. Maite Puertas considera necesario que la Consejería de Sanidad plantee una regulación para todos los hospitales donde se prime la figura del «cuidador». Se trataría de una persona autorizada «que podría contar con mayor flexibilidad para estar en la habitación. Pero hablamos de una persona no de diez».

Por su parte, Tita Caravera, presidenta de los vecinos, también está a favor de que las habitaciones no se conviertan en una romería. «Si la gente no es prudente habrá que hacer algo», dice. Sin embargo, a modo de contrapartida apunta que «no todos están en Cabueñes por gusto. Muchos familiares se quedan para dar de comer o de cenar al paciente porque el personal del hospital es insuficiente y no llega a todo». En cualquier caso aseguró que «hay otras cosas que nos preocupan más en Cabueñes, como que tras la ampliación habrá que pagar por aparcar, un dato que el consejero no desveló cuando nos presentó el proyecto a los vecinos», indicó.

Para el conjunto de centros

Establecer algún tipo de filtro ante lo que se considera una desbordada afluencia de público en las plantas de hospitalización es uno de los objetivos que los redactores del Plan Funcional de Cabueñes plantean con vistas a la ampliación. Pero no solo para el hospital gijonés si no para el conjunto de centros del Servicio de Salud del Principado. En este sentido, proponen establecer una normativa que sea homogénea en todo el Sespa, que pasaría por habilitar una suerte de tarjeta familiar de visita hospitalaria. Actualmente, cada uno de los centros tiene regulado el acceso de diferente manera, aunque por lo general el horario para poder ver a los enfermos hospitalizados suele ir de las 12 a las 20 ó 21 horas.

No es la primera vez que este asunto se pone encima de la mesa. El Sespa ya lo intentó desarrollar en 2005 a través del llamado Plan de Confortabilidad. Se llegó a plantear, incluso, que fuera el paciente el que autorizara o denegara la visita, mediante un sistema de telefonía, pero finalmente la medida no cuajó.

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