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Cruce en el que se produjo el suceso.
La investigación señala que el atropello mortal se debió a que uno de los vehículos se saltó el semáforo

La investigación señala que el atropello mortal se debió a que uno de los vehículos se saltó el semáforo

El concejal de Seguridad Ciudadana de Gijón, Rafael Felgueroso, asegura que el lugar en el que se produjo el suceso «no es un punto conflictivo» y descarta que el conductor circulase con exceso de velocidad

europa press

Martes, 5 de mayo 2015, 14:31

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El concejal de Seguridad Ciudadana y Movilidad en el Ayuntamiento de Gijón, Rafael Felgueroso (Foro), ha certificado este martes que la red semafórica del cruce en el que ocurrió el pasado domingo el atropello múltiple en el que murieron tres personas funcionó correctamente, por lo que uno de los vehículos implicados se saltó el semáforo en rojo, a lo que ha añadido que según el sistema informático de Tráfico esa intersección de calles, entre Río de Oro y Eleuterio Quintanilla, "no es un punto conflictivo ni peligroso".

Así lo ha indicado a preguntas de los periodistas durante la rueda de prensa de Junta de Gobierno Local. Felgueroso, que ha aprovechado para reiterar el más sentido pésame de la Corporación a las familias de las personas fallecidas, ha señalado que el pasado domingo "fue un día realmente triste".

Ha apuntado, además, que en este caso no se baraja el que haya habido un exceso de velocidad como tampoco dio positiva la prueba de alcoholemia. Felgueroso ha recordado que ha resaltado que desde el año 2000 no se había producido un hecho de estas circunstancias en la ciudad y ha puesto a disposición de las familias de los fallecidos el Servicio municipal de Atención a Víctimas de Accidentes de Tráfico.

Preguntado por el caso del barrio gijonés del Natahoyo en el que dos menores de corta edad fueron hallados solos en casa en condiciones poco higiénicas, ha precisado que sin conocer las circunstancias exactas, el protocolo de coordinación establecido entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, la Fundación Municipal de Servicios Sociales y el Gobierno regional funcionó "perfectamente". Los menores, en este caso, han quedado bajo custodia del Principado.

Desde el punto de vista judicial, el atestado policial ya se encuentra en manos del juez Juan Laborda, titular del juzgado de Instrucción número 5, en funciones de guardia. A la vista de los datos recabados, el conductor del vehículo que supuestamente provocó el accidente será imputado por un delito de homicidio imprudente. Al parecer, ha quedado acreditado que se saltó el semáforo en rojo en la intersección de las calles Río de Oro y Eleuterio Quintanilla, llevándose por delante la furgoneta, que al salir despedida invadió la acera y arrolló a los viadantes que aguardaban a que el semáforo cambiase de color.

El acusado de desencadenar el siniestro conducía un recién estrenado vehículo Mercedes de alta gama. Dio negativo en las pruebas de alcoholemia que le practicaron tras el siniestro y se acogió a su derecho a no declarar en la Jefatura de la Policía Local, a donde acudió acompañado de un abogado. Está previsto que sea llamado a declarar al Palacio de Justicia una vez que el juez haya analizado el atestado de la Policía Local.

El conductor de la furgoneta que arrolló a los viandantes -también vecino del barrio de El Llano- manifestó a la Policía que circulaba por la calle de Eleuterio Quintilla tras haber rebasado el semáforo en verde para él. «No vi ni venir al coche, de pronto noté un golpe muy fuerte y me salió la furgoneta disparada contra la acera. No pude hacer nada porque todo pasó en milésimas de segundo», declaró.

Los agentes de la unidad de Atestados volvieron ayer por la mañana de nuevo al lugar del brutal siniestro para realizar mediciones complementarias que ayuden a esclarecer las causas del accidente y a depurar responsabilidades.

Paralelamente a la labor de investigación, los efectivos del Servicio de Atención a la Víctimas de Accidentes de Tráfico (SAVAT) de la Policía Local se han puesto a disposición de los familias afectadas por el terrible suceso para ofrecerles el apoyo necesario en los trámites administrativos y logísticos derivados del accidente.

Ana María Vega Peña, de 61 años; su madre, Felicita Natividad Peña Rodríguez, de 86; y el tercer viandante fallecido, Francisco García Sánchez, de 74 años, fueron velados por sus familiares y amigos en el tanatorio de Cabueñes. Consternados y abatidos por tan terrible e inesperada pérdida, sacaron fuerzas de flaqueza para recibir las muchas condolencias que les hicieron llegar sus allegados.

«Es terrible, nadie está preparado para pasar por algo tan tremendo como esto. No sé cómo van a poder seguir adelante», lamentaba a las puertas de Cabueñes una amiga de la madre y la hija que perdieron la vida al salir a dar un paseo antes de celebrar la comida del día de la Madre. «Estaban muy unidas. El consuelo que les queda a sus hijos y a su marido es que se han ido juntas...», comentaba.

Ana María Vega Peña era vecina de la calle Adolfo Vega, en El Llano, estaba casada con José Carlos del Dago Coya y tenía dos hijos -Iván y Raquel del Dago-. Se había jubilado el año pasado de su trabajo en la fábrica de Litoral, en Tremañes. Ella y su madre serán despedidas hoy a las 17 horas en el tanatorio con un acto de celebración de la palabra. Sus restos mortales serán incinerados a continuación.

Padre de un guardia civil

La tercera víctima, Francisco García Sánchez, residía en Ceares y su único hijo es un agente de la guardia civil destinado en el cuartel de Villaviciosa. La iglesia parroquial de Buen Pastor, en Ceares, acogerá hoy a las 13.30 horas el funeral de cuerpo presente. El féretro será trasladado a su pueblo natal, Puente Castro, en León, en cuyo cementerio recibirá sepultura.

Había salido a tomar el aperitivo al mediodía y regresaba a casa para comer cuando la fatalidad se cruzó en su camino. Murió en el Hospital de Cabueñes dos horas y media después de ser atropellado en la acera. El destino quiso que la vida se truncase en el mismo momento y por las mismas circunstancias que otras dos mujeres a las que no conocía.

En el verano de 2000 tres miembros de una misma familia murieron también a ser atropellados en una acera en el paseo de Begoña por el vehículo de un conductor que dio positivo en alcoholemia.

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