Los prácticos cifran en un 3% el coste por escala de su servicio

La Federación de Corporaciones de Prácticos de Puerto de España celebró ayer en Huelva, con participación asturiana, un congreso al que asistió el presidente de Puertos del Estado, José Llorca, tras no pocos desencuentros durante los últimos años. Según pudo saber EL COMERCIO de fuentes de la representación gijonesa, los prácticos defendieron que si el Gobierno quiere mejorar la competitividad de las dársenas españolas debe abaratar otros conceptos, porque el practicaje supone una media de entre el 3 y el 4% del coste total por escala, lo que equivale, al menos en el caso de El Musel, a 0,05 euros por tonelada de mercancía.

El servicio de practicaje tiene fama de caro y como tal se refleja en el Plan Estratégico del Puerto de Gijón, que compara las tarifas aplicadas en El Musel con las de otros puertos europeos.

La Corporación de Prácticos de Gijón, sin embargo, niega la mayor y asegura que, «salvo honrosas excepciones», sus tarifas están por debajo de la mayoría de los puertos de Europa.

Las fuentes consultadas por este periódico explicaron, en todo caso, que los pliegos que regulan el servicio en cada puerto tienen en cuenta las estadísticas de tráfico, ya que «no es lo mismo un puerto en el que entran mil cien barcos al año, como El Musel, que otro en el que entran el doble o el triple». El argumento es que tener operativo el practicaje durante las 24 horas del día, con todos los medios materiales y humanos que son necesarios, cuesta lo mismo para realizar cinco maniobras diarias que para hacer el triple, y «no se puede pedir a un bombero que no cobre si no hay incendios».

El nuevo pliego regulador del practicaje en El Musel se encuentra aún en tramitación, pero el asunto está resultando polémico en otros puertos y en algunos casos ha llegado a los tribunales.

La exención de practicaje para barcos que acceden regularmente a determinadas terminales. Sin embargo, no parece una amenaza para los profesionales gijoneses, ni siquiera en un escenario de privatización de la EBHI, debido a la escasa frecuencia de las escalas.