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Amani Abbas, el 13 de septiembre, en la plaza Mayor.
Cena y baile para recordar a «la Siria alegre»

Cena y baile para recordar a «la Siria alegre»

La asociación Ximiellu celebra el sábado un encuentro solidario a favor de los afectados por la guerra

Lucía Ramos

Martes, 6 de octubre 2015, 00:17

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Amani Abbas nació en España, pero el horror de la guerra siria la alcanzó de pleno. Sus heridas no se ven, pero son igual de dolorosas que las que sufren sus familiares y compatriotas por culpa de las bombas que no dejan de asolar un país que en su día fue «hermoso y alegre», como ella misma recuerda. Incapaz de permanecer en silencio mientras los suyos están siendo masacrados, esta joven estudiante de Medicina lleva meses colaborando con diversas asociaciones de apoyo al pueblo sirio. Los últimos en ponerse en contacto con ella fueron los miembros de la asociación sociocultural Ximiellu, quienes organizan este sábado, 10 de octubre, en el hotel Villa de Gijón una cena con baile para recaudar fondos con los que adquirir y enviar a Siria productos de primera necesidad.

«Hablando en la asociación acerca de lo que está sucediendo, decidimos que teníamos que echar una mano. Había de hacer algo diferente a lo que se pudiera sumar mucha gente, y se nos ocurrió organizar una cena con baile después», relata la presidenta de Ximiellu, Begoña Pascual, quien confía en que hoy, que se cierra el plazo para reservar cubierto, «haya muchos ingresos de última hora».

Para Amani, que en la actualidad colabora estrechamente con la Asociación de Apoyo al Pueblo Sirio, la llamada de Ximiellu fue un verdadero golpe de suerte pues, como ella misma reconoce, «no es sencillo moverse y organizar cosas como ésta cuando estás tú sola y cualquier apoyo es bienvenido». Aunque lo pueda parecer, la cena y el baile no están pensados con un fin festivo, sino como una especie de ejercicio de memoria. «Es evidente que no hay nada que festejar, pero es bonito hacer algo así para recordar a la Siria alegre. La que yo conocí, en la que cualquier excusa era buena para festejar y pasarlo bien con tus seres queridos», apunta la joven.

Chicas en la universidad

Aunque sus padres se vinieron a España siendo muy jóvenes y tanto ella como sus hermanos nacieron ya aquí, todos los veranos viajaban a Siria para no perder el contacto con sus raíces y visitar a su familia en Alepo. «Todos los recuerdos que tengo son bonitos y felices. Recuerdo que en verano hacía muchísimo calor, pues el de la zona de la que provenimos es un clima continental, con muchos contrastes. Por el día apenas salíamos, pero al atardecer y por la noche lo pasábamos en grande y, pese a lo que piensa mucha gente, nunca me sentí insegura», relata. Hasta el comienzo de la guerra, agrega, el suyo era un país «próspero y completamente normal, como lo puede ser España. Las mujeres tenían las mismas libertades que tienen aquí y, por ejemplo, había más chicas que chicos en las universidades», apunta.

Todo eso cambió el 15 de marzo de 2011. De súbito, el país se vio inmerso en una guerra civil que aún no terminó y que llevó a cientos de miles de sirios a abandonar sus hogares para intentar sobrevivir. Asqueada con las informaciones «sesgadas e imparciales» con las que tiene que lidiar a diario, Amani recalca que «los refugiados no vienen a Europa buscando vivir de la caridad ni obtener servicios gratuitos, sino huyendo de la muerte. De hecho, todos los sirios que están abandonando el país en oleadas aguantaron cuatro años de conflicto antes de dejar sus casas y sus trabajos».

«No hay luz, no hay agua...»

Para quienes no pudieron escapar a tiempo son los productos de primera necesidad que se pretenden comprar con el dinero recaudado en la cena. «La situación allí es terrible: no hay luz, no hay agua, la comida es carísima y no hay trabajo, no hay demasiados médicos y mucha gente enferma incluso por no recibir la luz del sol», señala. Su propia familia está atrapada en aquel terror. «Hace tres años asesinaron a mi primo de 13 años y a mi tía cuando iban a hacer la compra», relata, y lamenta que «cuando intentas traer a alguien de forma legal, pues nadie quiere viajar en un camión frigorífico o en una barca hinchable, te cierran todas las puertas». Apela a la solidaridad de las personas frente a la inacción de los gobiernos.

La cena cuesta 27 euros, de los que 5 serán destinados al pueblo sirio. Para reservar plaza se deben ingresar en la cuenta ES37 3007 0003 1120 7235 6427 de Caja Rural indicando como concepto 'cena benéfica' y el nombre y apellidos de cada comensal. También pueden donarse mantas, pañales, leche en polvo y demás productos en el hotel Villa de Gijón el mismo día de la cena.

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