Borrar
Las estaciones de tren que ha conocido Gijón

Las estaciones de tren que ha conocido Gijón

El debate sobre la construcción de una estacion capaz de aglutinar todo el tráfico ferroviario comenzó en los años treinta del siglo pasado. Durante más de ocho décadas, la reforma de las estaciones se ha sucedido en busca de una solución definitiva

pablo entrialgo / marcos moro

Viernes, 9 de octubre 2015, 21:02

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El 7 de mayo de 1930, el concejal Manuel González Riera presentó al Ayuntamiento de Gijón una propuesta para unificar las estaciones de ferroviarias de Gijón. Pretendía poner fin a su dispersión y dotar a la ciudad de un equipamiento acorde con el crecimiento previsto para el siglo XX. Más de ochenta años después, la ciudad sigue inmersa en el debate sobre la construcción de la estación a la que habrá de llegar la alta velocidad y que acoja también a los aubuses, ahora en los viejos andenes de la calle de Ribadesella. El último paso hacia una posible solución ha sido la decisión del Ministerio de Fomento de aceptar la construcción de la nueva estación intermodal soterrada junto al Museo del Ferrocarril. Costaría 422 millones de euros y las obras se prolongarían hasta el año 2019. Esa es la propuesta de la ministra Ana Pastor al Ayuntamiento de Gijón, cuyos grupos municipales aún discrepan sobre la ubicación idónea. La propuesta ministerial, la quinta gran estación que se construiría en la ciudad, sería la última de una lista de proyectos y equipamientos que nunca llegaron a colmar las expectativas de los gijoneses.

Estación del Norte

Cuando por aquellos lejanos años treinta del siglo pasado comenzaron a plantearse las primeras propuestas de unificación, Gijón contaba con dos estaciones. Una de ellas era la de la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, donde finalizaba la línea León-Gijón. La estación del Norte estaba situada al final de la calle Marqués de San Esteban, en su confluencia con la carretera del Musel. Según recoge en su estudio el Grupo de Trabajos Ferroviarios, «no existían instalaciones de depósitos ni talleres, ya que las instalaciones originales habían sido demolidas por falta de espacio y trasladadas a un apartadero situado a dos kilómetros de Gijón, La Algodonera». El edificio que actualmente acoge la sede del Museo del Ferrocarril de Asturias fue levantado entre 1872 y 1873 y entró oficialmente en servicio el 23 de julio de 1874, cuando el primer convoy ferroviario inauguró el trayecto Pola de Lena-Gijón. Costó 170 millones de reales. El proyecto inicial recogía la posibilidad de dos edificios gemelos en paralelo, pero esa segunda instalación para viajeros nunca se realizó. La estación de Renfe prestó servicio de forma ininterrumpida durante 116 años como la principal puerta de entrada de viajeros a la ciudad. La clausura llegó el 29 de enero de 1990 con la apertura de la nueva estación de largo recorrido Renfe construida en terrenos de la antigua fábrica de Moreda, la estación Jovellanos, hoy ya derribada. El último convoy que salió de la centenaria terminal gijonesa el 28 de enero de ese año fue el expreso Costa Verde a Madrid, formado por un furgón de Correos y siete coches.

Los ferrocarriles de Langreo y Carreño

El ferrocarril de Langreo fue el primero en llegar a Gijón. El ingeniero de Caminos José Elduayen fue el primer encargado de un proyecto que tuvo que superar la oposición de los militares a que atravesara la fortificación de la ciudad. Para ubicar la estación se eligió una parcela de terrenos adquirida al Ayuntamiento, una zona cenagosa conocida popularmente como El Humedal. Las oficinas de los ferrocarriles de Langreo ocupaba a principios del siglo pasado 53.000 metros cuadrados entre las calles Pedro Duro y Sanz Crespo. Tenía forma de 'U', pero solo una parte del edificio se dedicaba a los viajeros. Los convoyes solo disponían de una vía de entrada a la estación, donde se detenían bajo una cubierta apoyada por una parte en el edificio y por otra en columnas de fundición.

El ferrocarril de Carreño no llegaba propiamente a Gijón, sino que desde Aboño se dirigía al puerto del Musel. Desde allí al centro de la ciudad los viajeros tenían que desplazarse en tranvía. Por esta razón, los responsables de ferrocarriles de Carreño plantearon la posibilidad de extender sus vías hasta casco urbano, lo que consiguieron a través de un acuerdo con Ferrrocarriles del Estado. Sus oficinas, un edificio de una sola planta, fue inauguradas en 1950. Ocupaban un terreno adyacente al de Renfe. La sala de espera se encontraba en la parte central del inmueble.

El Humedal, para Renfe y Feve

Desde 1852 hasta enero de 2011, para coger un tren de cercanías en Gijón había que ir hasta la estación de El Humedal, que finalmente terminaron por compartir las compañías Renfe y Feve. Fue oficialmente abierta en 1852 para la llegada de los ferrocarriles de Langreo. Aunque las obras no habían sido terminadas, la cinta inaugural fue cortada en agosto de ese año aprovechando las vacaciones de la reina María Cristina en el palacio de Contrueces. Aquel primer edificio de planta baja y dos pisos, de estilo isabelino, pronto tuvo un nombre popular: 'La Gerencia'. Su primera ampliación tuvo lugar en 1892. En 1911 se llevó a cabo otra renovación para adaptar las instalaciones al creciente número de viajeros y ampliar la zona de andenes. A las construcciones existentes en esta zona fueron añadiéndose las de la ampliación de las otras líneas, fundamentalmente la del ferrocarril de Carreño, hasta conformar una gran playa de vías. La gran transformación de esta estación se produjo en el año 1961, cuando un incendio obligó a reconstruir por completo las instalaciones. A principios de los años ochenta, la reordenación del transporte ferroviario reunió en El Humedal la vía estrecha de Feve y el ancho de Renfe. Para las cercanías se mantuvo la antigua ubicación, mientras que para el largo recorrido se construyó la estación Jovellanos. Aunque, finalmente, fue El Humedal la estación que terminó por aglutinar todo el tráfico. Con el acuerdo para construir una nueva intermodal, la llegada de los trenes se trasladó a un equipamiento provisional en Sanz Crespo. En octubre de 2014, las excavadoras entraron en El Humedal para demoler la vieja estación.

Estación Jovellanos

Concebida en su origen como estación para el largo recorrido, su construcción comenzó en 1986 en terrenos de la antigua fábrica de Moreda. Costó 657 millones de pesetas. Estaba formada por dos edificios, uno de los cuales utilizaba Correos como almacén. Se inauguró el mismo día que la remodelación del Humedal, el 29 de enero de 1990, durante el mandato de Vicente Álvarez Areces como alcalde. Ambas terminales consolidaron luna barrera ferroviaria que se remonta a 1852, cuando entró en servicio el Ferrocarril de Langreo y su estación del Humedal. Pero esta terminal fue cayendo en desuso porque los trenes de largo recorrido terminaron por llegar también a El Humedal, quedando reducida prácticamente a una pasarela con la que se pretendía superar la fractura que imponía la playa de vías. Finalmente fue demolida al mismo tiempo que El Humedal para dejar paso al futuro ferroviario de Gijón.

Estación provisional

Para recibir al nuevo siglo, las administraciones quisieron dar un impulso definitivo a una de las grandes aspiraciones de Gijón: disponer de una gran estación intermodal que aglutinase trenes y autobuses, que incluso sirviera como punto de partida para un metro que recorriera la ciudad desde El Humedal hasta Cabueñes. La nueva estación se construiría soterrada, permitiendo la supresión de la barrera ferroviaria y liberando los terrenos necesarios para una operación urbanística que facilitase la financiación necesaria para llevar a cabo las obras. El Ministerio de Fomento, el Principado y el Ayuntamiento constituyeron una sociedad -Gijón al Norte- cuya única finalidad era gestionar este proyecto. Pero mientras se llevaba a cabo y se vendían las parcelas, los trenes debían llegar a algún sitio. Para ello se concibió la construcción de una estación provisional en Sanz Crespo, donde Feve y Renfe comenzaron a operar en el primer trimestre de 2011. Según las previsiones del Ministerio de Fomento tiene por delante al menos otros cuatro años de actividad.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios