«Un cambio en la organización puede evitar daños en la salud de los trabajadores»

El Centro Oceanográfico de Gijón organiza estas semanas una campaña que ofrece diferentes perspectivas de la gestión del estrés laboral. En ella acaba de participar Mónica Gonzalo Terente, técnica del Instituto Asturiano de Prevención, que fue la encargada de presentar una ponencia donde se analizó la prevención de los riesgos psicosociales en las empresas.

¿Cómo se puede prevenir el estrés laboral?

Hay dos formas de abordar este tema: una personal y otra colectiva. Nosotros nos centramos en mejorar las condiciones de trabajo, en general, para prever los riesgos y evitar daños en la salud. Se trata de comprobar o propiciar que exista una organización adecuada a la capacidad de las personas, que las tareas estén bien distribuidas y quede bien definida la capacidad de tomar decisiones de cada cual. El aspecto individual es una variante más, en la que intervienen circunstancias como las expectativas de cada persona, su nivel de formación, etcétera. Algunos piensan que el riesgo depende, por decirlo así, de lo conflictivo que sea cada trabajador, pero no es así.

¿Una vez más es más importante prevenir que curar?

Es que atendiendo los casos individuales se puede ayudar a los afectados, pero, si la organización del trabajo es mala, el problema no llega así a ser corregido y dará origen a nuevos problemas.

¿Hay mucho que mejorar o se presta en las empresas la atención adecuada a la prevención de los riesgos psicosociales?

La mayoría de las empresas no valoran la prevención en este sentido y, de hecho, la mayor parte de las veces en las que se toma alguna iniciativa es a partir de denuncias a la Inspección de Trabajo por algún conflicto concreto.

¿Qué puesto ocupan los riesgos psicosociales dentro de la seguridad e higiene en el trabajo?

En la actualidad, un puesto muy secundario. Se ha avanzado mucho más en la prevención de otros aspectos de seguridad e higiene y, sin embargo, los problemas psicosociales son la segunda causa más frecuente de baja laboral, sólo por detrás de daños ergonómicos. Por eso hace falta hacer visibles este tipo de problemas, que no suelen ser situaciones conocidas y, antes bien, se huye de abordarlas, porque se entiende que son problemas estrictamente personales. Pero conductas de abuso de poder, por ejemplo, son un problema laboral, no un problema personal.

¿Se tratan en otras regiones o en otros países estas cosas de otra manera?

No, el tema está poco más o menos igual en toda la Unión Europea. Todavía se considera difícil intervenir en estas cuestiones.

¿Será que es cara este tipo de prevención?

En principio, hay que tener disposición para actuar y querer hacerlo. Si el problema es que hay mucho trabajo y pocos recursos humanos, evitar el estrés por un horario excesivo cuesta dinero, porque obliga a contratar más, pero hay mejoras organizativas que no cuestan.

Por ejemplo...

Cambiar un sistema de rotación o un sistema de turnos. A veces se aplican medidas sin tener en cuenta a los actores y eso hace que esas medidas no sean efectivas. En resumen, hay variables organizativas que pueden evitar un problema de riesgo psicosocial y daños en la salud de los trabajadores.