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Alumnos del Severo Ochoa, ayer, con sus jabones caseros, tras finalizar el taller.
Jabón casero, una forma de reciclaje

Jabón casero, una forma de reciclaje

El Severo Ochoa celebra la Semana Europea de Prevención de los Residuos con un mercadillo, talleres y un punto limpio

Alicia G. Ovies

Martes, 24 de noviembre 2015, 00:25

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Un litro de aceite, 200 gramos de sosa y 355 de agua. Esos son los ingredientes que algunos alumnos del Colegio Público Severo Ochoa utilizaron ayer para hacer su propio jabón casero. Este es uno de los talleres que los estudiantes del centro realizarán durante la Semana Europea de Prevención de los Residuos, en la que han participado todos los años -excepto uno- desde su institución. La iniciativa tiene como objetivo promover e implantar durante estos días acciones de sensibilización sobre recursos sostenibles y gestión de residuos.

Con los ingrediente sobre la mesa para la realización del jabón, los alumnos aprendieron luego el proceso de elaboración. «Los mezclamos todos y ahora tenemos que esperar un mes para poder usarlo», explica Adrián Rodríguez, de 8 años. Unos pasos sencillos que pueden volver a realizar en casa acompañados de sus padres.

Las actividades han sido realizadas en colaboración con Emulsa. La empresa municipal colocará estos días un punto limpio móvil en el patio para enseñar a los niños cómo funciona la empresa, quiénes son los encargados de los jardines o cuál es el método para la separación de los residuos.

Otro de los talleres que realizarán es el de reparación de bicicletas. Aquellos niños que quieran pueden acudir con ella al colegio donde les enseñarán cómo repararla si tienen algún problema o un pinchazo. «Primero hay que sacar la rueda y comprobar por dónde sale el aire. Luego se le echa pegamento, se deja secar y se pone el parche encima», relatan Iria Landeira y Olai Crespos. Ellos son dos de los primeros estudiantes en pasar por el curso. Reconocen que «es un poco difícil», pero una vez que practicas no es tan complicado. Iker Marco Rodríguez no puede contener las ganas de ir al pueblo para internar hacerlo: «Siempre que voy está todo deshinchado y tengo que arreglarlo yo».

Huerto con árboles frutales

Si hay algo que les encanta a todos los estudiantes es el mercadillo que montan en el patio. Cada uno puede llevar los objetos que quiera, exceptuando ropa. «Luego, por tan sólo 2 euros pueden volver a casa cargados de cosas», explica Sofía González, secretaria del centro y una de las organizadoras del proyecto. Al final del día, las puertas se abren para que sean los padres los que puedan aportar su granito de arena con alguna compra. Y todo lo recaudado vuelve a revertir en los niños.

En colaboración en la Fundación de Cultura, la cual cuenta con un convenio con el Museo Marítimo de Luanco, los alumnos de 5º curso tendrán que hacer un artilugio flotante. Para asesorarlos, contarán con la ayuda de ingenieros navales y extrabajadores de astilleros. «Al final del curso comprobaremos si flotan», explican.

El Severo Ochoa enseña a sus alumnos durante todo el año la importancia del reciclaje y de cuidar el medio ambiente. Cuentan con contenedores (tapones, pilas, móviles...), una compostadora para orgánicos y varias papeleras en el patio. Además, han creado un pequeño huerto con árboles autóctonos y frutales.

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