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Juan Carlos Campo, en uno de los pasillos de la Escuela Politécnica de Ingeniería, junto a un grupo de alumnos.
«Se favorece de forma descarada a la universidad privada a costa de la pública»

«Se favorece de forma descarada a la universidad privada a costa de la pública»

«Hay cierto temor al peso de nuestra escuela y por eso no está representada en el Consejo de Gobierno de la institución académica. Es injusto»

ELENA RODRÍGUEZ

Domingo, 29 de noviembre 2015, 01:10

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Orgulloso de su escuela, «que funciona a piñón en los asuntos importantes», y de su equipo, «un grupo currante al que no se le puede pedir mayor dedicación». Así se siente el director de la Politécnica de Ingeniería de Gijón, Juan Carlos Campo, a punto de cumplir un año en el cargo. De estos doce últimos meses hace un balance positivo, pues pesan más los logros -«el grado bilingüe de Tecnologías Industriales; la nueva subdirección de Másteres; el impulso a la internacionalización y el inicio de la acreditación de titulaciones», entre otros- frente a lo que le hubiese gustado ver avanzar: la residencia estudiantil, una infraestructura que no es competencia del centro, pero que considera «indispensable».

Decía tras su elección que su objetivo prioritario era buscar mayor empatía con el rector. ¿Lo ha conseguido?

En parte, sí. Por suerte, ha estado en muchos actos importantes para la escuela, salvo en la entrega de diplomas. Con el equipo rectoral hay buena relación. El itinerario bilingüe de Tecnologías Industriales ha sido posible por la apuesta decidida de la vicerrectora de Investigación y Campus de Excelencia Internacional.

Habla de asistencia a actos, pero ¿ha limado realmente asperezas?

Es una relación cordial y, sí, mejor. Es verdad que cuando solicitamos los coordinadores de másteres (finalmente fue una subdirección), podríamos haberlo conseguido con menor pugna. Hubo demasiada tensión para algo que era de sentido común. Nunca hemos realizado peticiones injustas.

Hace unos meses, instaba al rectorado a «dejar las adulaciones y progresar juntos». ¿Avanzan como a usted le gustaría?

El construcción del futuro gimnasio fue por consenso, el itinerario bilingüe, también, y las acciones de internacionalización que solicitamos han sido recogidas. Y tenemos el apoyo de muchos frentes para certificar el sistema de calidad. La Universidad, ni mucho menos, está a disgusto con este centro. De eso no tengo dudas. Otra cosa son los juegos de poder.

Explíquese.

Esta escuela, con miles de alumnos y cientos de profesores, es el mayor centro de la Universidad de Oviedo. Cae por su propio peso que tendría que estar representada en el Consejo de Gobierno de la institución académica, y no lo está. Es injusto. De hecho, fuera de la Universidad, no lo entiende nadie. Hay cierto temor al protagonismo de la escuela, entendida en su conjunto, porque desplaza los ejes de poder. Pero eso no es malo.

¿Por qué eran tan importantes los coordinadores de másteres?

La propia Universidad no puede hacer más que coincidir con nosotros en esta petición, puesto que en su Centro Internacional de Postgrado tiene coordinadores para todos sus másteres. De hecho, el propio reglamento de la Universidad dice que hay que tenerlos. Son responsables de titulaciones muy complejas e importantes, porque están asociadas a la movilidad y su valor añadido es alto. Necesitan atención particular y un puesto cabal. No es razonable que nos den 13 euros por cada alumno de máster. A todas luces es muy poco.

¿Qué pasos se han dado en la internacionalización?

La escuela, que tradicionalmente se ha caracterizado por una gran salida de alumnos con programas Erasmus, está buscando convenios nuevos. Para que vengan los estudiantes hace falta tener asignaturas en inglés. De ahí los itinerarios bilingües. También estamos buscando dobles titulaciones con universidades extranjeras.

¿Cuáles son sus demandas en la oferta formativa?

El grado de Ingeniería de Organización Industrial es una demanda justa que debería estar ya. Tiende demanda y hay profesorado. Y, en másteres, tenemos la vista puesta en titulaciones que pueden ser interesantes, pero que no puedo adelantar.

Según la Unión Europea, en 2020 habrá 800.000 empleos sin cubrir por falta de habilidades digitales. ¿Qué puede hacer la Politécnica?

Tenemos dos titulaciones relacionadas con la TIC: el grado de Informática y el de Telecomunicaciones. Con este alumnado, hay recursos humanos para ir afrontando ese tirón. Después, llega un momento en que la formación hay que adquirirla en la empresa. La Universidad tiene que preparar a la gente para que tenga capacidad de aprender. Sí es verdad que una de sus carencias de siempre es que cubre mal la formación permanente: la gente mayor raramente vuelve para formarse, a no ser que sea puramente vocacional. Pero eso requiere romper rigideces. Horarios...

Cátedras del Ayuntamiento

En primavera habrá que elegir rector. ¿Qué opina de los candidatos?

No puedo opinar hasta que no conozca los programas.

Sí, pero ya han visitado centros, departamentos. Habrá tenido oportunidad de hablar con ellos.

Todos tienen muy buena impresión de este campus, lo ven modélico. Les hemos trasladado los problemas esenciales y se han mostrado receptivos. Ahora hay que ver cómo los plasman en sus programas. Me gustaría que el propio campus pujara para que se recogieran las demandas.

¿Perdone?

Los rectores tendrían que exponerse públicamente, no el día antes para recabar el voto. Porque cuando se hace públicamente, todos escuchamos lo mismo. Aquí no tenemos ningún inconveniente en celebrar debates entre ellos. Estaríamos encantados.

¿Qué les pide?

Una gestión más descentralizada. Esta escuela tiene entidad suficiente para hacer muchas cosas y una gestión descentralizada le favorece. Le pongo un ejemplo: cuando el Ayuntamiento habla con la Universidad del convenio, la escuela no está presente y debería estarlo. Se nos debería escuchar, porque si alguien conoce las necesidades, somos nosotros.

¿Tiene más prioridades?

Aparte del grado de Ingeniería de Organización Industrial, que el convenio del Ayuntamiento revierta en el campus; mecanismos de apoyo a las peculiaridades de nuestra investigación; aportación económica para la innovación docente; contratos-programa e instalaciones deportivas. Esto no es una banalidad. Establecer convenios con universidades norteamericanas es complejo si no tienes instalaciones deportivas. Y la residencia.

La cita a menudo.

Oviedo tiene una residencia que gestiona la Universidad y Mieres, también. Aquí nos gustaría que estuviera al frente, porque tendría una gran capacidad para hacer cosas: cursos de verano, nuevos modelos de máster... Si la Universidad participa, puede intervenir en qué se hace. De lo contrario, la residencia será un alojamiento, un hotel. Si está la Universidad, es mejor. Es un servicio que permite atraer gente talento. Intangibles.

Habla de que el Ayuntamiento revierta las ayudas al campus...

El dinero se gasta bien, pero tiene que dar valor añadido. Hacen falta acciones concretas, como que las becas para másteres salgan en el periodo de matriculación. Así, atraeríamos a los que les resulta menos gravoso y a los que vienen sin beca. Otra propuesta es crear cátedras del Ayuntamiento en el campus, igual que sucede en otras ciudades. O puntos de bicicletas en préstamo para fomentar este tipo de movilidad.

La Universidad pierde alumnos y la escuela también.

Perdemos en una comunidad que demográficamente tiene los números que tiene. Nuestro centro no pierde más que la Universidad; las ingenierías van bastante bien. Lo que sí preocupa es el riesgo de que los alumnos se vayan por cuestiones de movilidad a otras instituciones europeas y no seamos capaz de atraer a más.

El ministro dice que «hay demasiados universitarios».

Con los números que tiene, no se lo puede creer. Es imposible que sobren. En los últimos años veo mucho ataque a la universidad pública: 'Es que no está en el ranking...'. Es mejorable, pero es incomparablemente mejor que la privada. No tengo nada en contra de ésta, pero ojalá que crezca por sí misma y no se pongan palos en las ruedas de la pública. Porque se está favoreciendo descaradamente a la privada y con cierta complacencia de todo el mundo. Cuando el coste de un máster es injustificadamente alto, las privadas entran en precios competitivos y logran captar a mucha gente. ¿Por sus bondades? No, porque las prácticas de precios les han beneficiado mucho.

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