Borrar
Álvaro Muñiz, a la derecha, presenta a Ignacio Peláez, Mariluz Suárez, Miguel Llano y Joaquín Monte, antes del inicio de la mesa redonda en el Ateneo Jovellanos.
«La industria cárnica asturiana cada vez se preocupa más por lo que hace»

«La industria cárnica asturiana cada vez se preocupa más por lo que hace»

Una mesa redonda sobre el consumo de carnes rojas y embutidos resalta la salubridad de los productos de la región

Marco Menéndez

Martes, 15 de diciembre 2015, 00:25

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Los participantes en la mesa redonda que organizó ayer el Ateneo Jovellanos, dentro del Aula de Cultura de EL COMERCIO, sobre '¿Dejamos de comer carne roja y embutidos?', dejó patente que fue excesiva la alarma generada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace unas semanas tras publicar un informe que vinculaba el exceso de consumo de carnes rojas y procesadas con un incremento en el riesgo de padecer cáncer de colon. Así lo apuntaron tanto el oncólogo Ignacio Peláez como Joaquín Monte, experto en seguridad alimentaria de Embutidos El Hórreo, y Mariluz Suárez, gerente de El Cuco, en un debate que fue moderado por Miguel Llano, periodista de gastronomía de EL COMERCIO.

El presidente del Ateneo Jovellanos, Álvaro Muñiz, explicó que con ese acto se trataba de «poner orden en todo este planteamiento de la OMS» e indicó que la principal función de la institución pasaba por «acercar el verdadero conocimiento a la sociedad».

Y así fue de la mano de los tres expertos que intervinieron ayer. El oncólogo Ignacio Peláez hizo un resumen de qué es un cáncer colorectal y resaltó que «no sabemos qué factor de la dieta es el desencadenante de este tipo de cáncer en una persona concreta por su componente genético». Eso sí, aseguró ser un galeno que «me gusta prohibir muy poco».

Y eso tiene mucho que ver con lo que puede ser una buena defensa ante la advertencia de la OMS: una dieta equilibrada. Mariluz Suárez apuntó que «todas las cosas consumidas en su justa medida no son malas». Explicó que la industria cárnica asturiana trata de hacer productos cada vez más saludables, aunque advirtió que hay algunos que «se manipulan sin necesidad de ello para adaptarlos más a nuestros gustos». De todas formas, quiso calmar al público pues aseguró que «la industria cárnica asturiana cada vez se preocupa más por lo que hacemos».

Seguridad alimentaria

Todos dejaron claro que no tienen nada que ver un chorizo o una morcilla producida en Asturias con la típica salchicha de Fráncfort que consumen los estadounidenses. Pero es que la OMS, al parecer, no ha hecho nada nuevo con su advertencia. Joaquín Monte dijo que «ya sabíamos que los benzopirenos y las nitrosalinas son potencialmente cancerígenos», pero reconoció que en ocasiones, «por la seguridad alimentaria, se usan productos que hay que ver cómo son de nocivos a largo plazo». Se refería, en concreto, a los nitratos y los nitritos, que se comenzaron a utilizar hace décadas precisamente para evitar enfermedades como el botulismo o la salmonela.

Durante la charla también se habló de números y así se indicó que al año mueren de cáncer en el mundo un millón de personas por culpa del tabaco, 600.000 por el alcohol, 200.000 por el aire que respiramos y 30.000 por una dieta desequilibrada o consumo de carnes o productos procesados, es decir, «es siete veces más probable que muramos de lo que respiramos que por la carne, con lo que el riesgo es bajo. Se lanzó una alarma innecesaria», sentenció Joaquín Monte.

Pero el doctor Ignacio Peláez considera más peligrosos los productos que se han de calentar en microondas con envases de plástico. El informe de la OMS contiene recomendaciones «a nivel mundial, pero más dirigidas al mundo anglosajón, donde se abusa de la carne procesada. En España no estamos en ese punto, de momento», puntualizó.

Joaquín Monte y Mariluz Suárez aseguran que productos como el chorizo asturiano están muy poco procesados, pero llaman la atención sobre otros como el bacón, que pueden llevar un proceso legal de inyectado con salmueras y otros elementos para que resulte más económico, pero «los consumidores somos quienes lo provocamos, porque queremos que tenga un precio bajo y genera un proceso de quién y cómo lo hace más barato».

La conclusión del debate fue que un buen chuletón de buey no hace daño a nadie -en torno al 80% de los sabores de la carne están en la grasa- y que el consumidor cada vez se preocupa más por lo que come. Además, de ser ciertos los datos de la OMS, supondría que en España morirían al año 150 personas más por cáncer de colon debido al consumo de carne roja y procesada.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios